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Historia y Patrimonio
HISTORIA
de profunda dependencia de Estados Unidos, hecho probablemente debido a la situación industrial
brasileña, que no tenía capacidad para producir equipos similares a los recibidos de los estadounidenses.
Este suministro masivo de material eclipsó la búsqueda de soluciones dentro del propio
Brasil. El uso de equipos norteamericanos trajo consigo la doctrina vigente en ese país. La FEB,
principalmente porque sus miembros habían asistido a los Forts norteamericanos, priorizó la aplicación
práctica de los conocimientos recibidos durante las operaciones en Italia. Sin embargo, las
nuevas unidades estacionadas en Brasil quedaron sin adiestramiento, solo se realizó la traducción y
distribución de los manuales norteamericanos. De hecho, todo el período comprendido entre 1946
y 1957, es decir, desde la creación del embrión de la División de Blindados hasta su formación,
este tema se ve sin mucha profundidad en revistas especializadas. Se empezó a cuestionar la rápida
obsolescencia de los equipos mecanizados brasileños, principalmente después de los avances tecnológicos
desarrollados durante la Segunda Guerra Mundial.
Inmediatamente después de esta, los esfuerzos estadounidenses se canalizaron hacia la reconstrucción
económica de Europa. En este contexto, Brasil pasó a tener un valor secundario en la
transferencia de recursos y equipos militares, coincidiendo con la necesidad de renovar su flota
mecanizada, que ya estaba obsoleta. Es precisamente en este punto cuando se vio el lado negativo
del fácil camino elegido para la modernización de la Caballería brasileña, y Brasil comenzó a mostrarse
preocupado por las posibilidades industriales del país, que no eran suficientes para dotar a
las fuerzas mecanizadas brasileñas de vehículos blindados del mismo nivel que los recibidos de
los Estados Unidos. De esta manera, la prioridad brasileña se centró en buscar la capacitación de
la industrial nacional, dando prioridad al material, tal vez porque se dieron cuenta de la tremenda
carencia brasileña en este campo y observaron la vulnerabilidad de Brasil ante los cambiantes intereses
norteamericanos.
El 20 de mayo de 1946, bajo el mando del general Manoel de Azambuja Brilhante, se estableció
el Núcleo de la División Blindada, finalmente transformado en División Blindada el 28 de octubre
de 1957. Con la firma, en octubre de 1959, de un nuevo acuerdo militar entre Brasil y EE.UU.
conocido como el «Acuerdo Fernando de Noronha», el Estado Mayor del Ejército decidió que las
unidades mecanizadas debían reemplazar sus equipos por otros más modernos producidos por ese
país. En este contexto, el Regimiento de Reconocimiento Mecanizado, orgánico de la División Blindada,
cambio su material mecanizado por otro más actualizado. En vista del acuerdo firmado, los
estadounidenses entregaron vehículos blindados ya usados, hecho que reavivó la preocupación por
la necesidad de autonomía en lo que se refería a la producción y al mantenimiento de equipos militares,
principalmente de vehículos mecanizados. Sin embargo, doctrinalmente, la División Blindada
Brasileña se mantuvo como una unidad híbrida, aparentemente indefinida, aunque debería haber
sido una unidad de varias Armas, como lo habían marcado las unidades mecanizadas mundiales
desde el final de la Segunda Guerra Mundial, que seguían la tendencia de utilizar armas combinadas
como se destacó en las actuaciones de las Divisiones Panzer alemanas. Pero las unidades de
la División Blindada permanecieron divididas, con una fuerte presencia de Caballería o Infantería,
particularmente los regimientos de carros de combate (RCC) de Caballería.
CONCLUSIÓN
En el desarrollo del trabajo, se han presentado las fases por las que pasó el proceso de mecanización
de la Caballería brasileña, así como los principales obstáculos a los que se enfrentaron quienes
se dieron cuenta de que los motores combinados con protección blindada serían la tendencia
del futuro, además de la forma como el gobierno brasileño resolvió estos problemas en busca de la
modernización de su Fuerza Terrestre. Los primeros pasos de la mecanización del Ejército brasileño
fueron muy tímidos, a pesar de los esfuerzos bien fundamentados y focalizados de los capitanes
Pessoa y Paiva Chaves. Quizás sucedió así por la reciente aparición del carro de combate en los
campos de batalla europeos, todavía rodeado de muchas polémicas, además de los graves problemas
institucionales militares de un Ejército que iniciaba su modernización.
98 Memorial de Caballería, n.º 90 - Diciembre 2020