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Doctrina, Táctica y Operaciones
Así, desde esta óptica, esta misión que en un principio podría parecer muy alejada de nuestros
quehaceres habituales cobra un especial sentido, enalteciendo algunas de las cualidades de los
militares españoles:
– La vocación del servicio, ya que en la premura del alistamiento, con requerimientos en
ocasiones cambiantes, nunca flaqueó la voluntad de nuestros hombres de servir a la sociedad
que precisaba de nosotros.
– La abnegación: la necesidad de cumplimiento de la misión y la gravedad y responsabilidad
que nos atañe a todos los implicados en esta Sección de Vigilancia Epidemiológica 01
(SVE 01) de Castilla y León, hace que, en las en ocasiones maratonianas jornadas, nadie
siquiera haga ademán de mirar el reloj. La capacidad de trabajo de todas y cada una de
las secciones militares obtiene siempre una retroalimentación muy positiva de nuestras
contrapartes de la sanidad civil.
– La disciplina: el movernos por un terreno en el
que normalmente no nos desempeñamos, hace
particularmente importante ceñirnos a la letra
del protocolo de actuación que debemos cumplir
y velar por que sea aplicado por el civil, en
ocasiones atribulado, cosa que todos los integrantes
de esta sección hacen.
ANTECEDENTES
Tras el verano de 2020, los centros de salud, cuyo personal fue muy castigado durante la primera
oleada, tuvieron que añadir a su ya abundante carga de trabajo el rastreo de los casos positivos
en Covid-19 y sus contactos estrechos, lo que provocó una muy grave sobretensión en el ya sobrecargado
servicio de primaria.
Frente a ese panorama y ante la petición de colaboración por parte de las comunidades autónomas,
los jinetes de Farnesio se adiestraron y prepararon para entrar en un combate el cual nunca
habían esperado ni había antecedentes; pero dada la importancia de la misión solo había una respuesta
posible: ¡ESTÁ! Y tan solo una cosa clara: el fracaso no es una opción.
EL AGENTE INFECCIOSO
Los coronavirus son una amplia familia de virus que en humanos causan infecciones respiratorias,
que contemplan desde el resfriado hasta el SARS (síndrome respiratorio agudo severo).
La presentación puede ser leve (tos, cefalea, fiebre...), grave (incluida la dificultad respiratoria) o
asintomática (su peligro reside en que estos pacientes expandirán la enfermedad y no será posible
su detección sin mediar pruebas diagnósticas específicas).
Por ilustrar la importancia del rastreo bajo la fría luz de los guarismos, podríamos indicar que de
todos los infectados tan solo un 20 % necesitará ingreso hospitalario. La peligrosidad del Covid-19
no está en su letalidad, en el entorno del 0,6% (el ébola, por ejemplo la tiene del 50%). Así pues,
cabría preguntarse por que con estos datos «tan modestos» ha creado una situación de semejante
gravedad. La respuesta a esto no es otra sino su capacidad de diseminación y alcance a poblaciones
vulnerables (ancianos, personas con patología de base...), y de ahí la importancia del rastreo, cuyo
objetivo principal es detener la cadena infectiva.
LA ESTRATEGIA
La OMS ya estableció en marzo la importancia del rastreo, al ser una estrategia capaz de crear
una contención de la enfermedad. Se basa en que a partir de un positivo, y mediante la comunicación
con su cadena de contactos, intentar detener la expansión del virus confinando a los positivos
en potencia, de manera que no supongan un vector de propagación de la enfermedad.
68 Memorial de Caballería, n.º 90 - Diciembre 2020