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Noticias del Arma
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ACTIVIDADES DE LAS UNIDADES DEL ARMA
El teniente coronel Sergio Martínez Ordóñez se incorporó ese día a la Base Militar «El Empecinado
» de Santovenia de Pisuerga (Valladolid) para uno de los retos más importantes de su carrera,
recibir el mando de un grupo de la talla del «Santiago», regresando al regimiento que le vio crecer
como teniente y capitán.
El acto fue presidido por el general de brigada Luis Cortés Delgado, jefe de la Brigada a la que
pertenece el Regimiento, la «Galicia» VII. Como invitados al acto, pocos. Y es que, en condiciones
normales, hubiera tenido los acotados llenos con toda la gente que mostró su interés por acompañarle.
Los días previos tuvimos que tomar medidas del patio y la triste responsabilidad de informar que
las plazas estaban limitadas y que no podían asistir tantos familiares, compañeros y amigos como al
teniente coronel le hubiera gustado. Pero los protocolos de seguridad eran claros: al uso obligatorio
de mascarilla, había que sumarle una distancia entre asistentes de dos metros. Es lo que nos toca
vivir…
Memorial de Caballería, n.º 90 - Diciembre 2020
Y es por esto que, debido a los protocolos de seguridad
aplicados por la pandemia del COVID-19, tan
solo pudieron asistir los jefes de las unidades alojadas
en de la Base, una reducida representación de compañeros,
amigos y familiares del teniente coronel Ordoñez,
y una comisión de oficiales, suboficiales y tropa.
La fuerza, mandada por el capitán de caballería
Armando Zancajo Albarrán, jefe del ELAC 1 del Grupo
«Santiago», estaba compuesta por Escuadra de Batidores
del RC 12, Banda de Guerra Mixta del RC 12
y el GCAC «Villaviciosa» II/61 y dos secciones de dicho
Escuadrón. En otras ocasiones todo el Grupo formaría
para ver cómo su nuevo teniente coronel recibía
el mando de la unidad pero, al igual que los asistentes
en los acotados, ellos también formaron, además de
con mascarilla, cumpliendo escrupulosamente la distancia
de seguridad estipulada por el protocolo COVID,
lo que provocó que la formación, a pesar de ser
reducida, ocupase la totalidad de la explanada.
El acto, relativamente normal. Buen tiempo, eso sí. En el cielo, el sol brillaba radiante para presenciar
cómo el teniente coronel Martínez Ordóñez recibía el mando de su nuevo Grupo de manos
de su predecesor. Para presenciar cómo en la entrega del guion no solo le entregaba un símbolo, un
lema, le entregaba tres años de duro trabajo con la unidad. Le entregaba el mando de más de cien
hombres y mujeres ilusionados, con sus alegrías y problemas, con su disposición a mejorar día a
día… Le entregaba experiencia, lealtad, espíritu de superación, compañerismo. Le entregó noches
de planeamiento, disponibilidad, iniciativa, adaptación a nuevos desafíos y necesidades de la sociedad,
como, por ejemplo, la Operación Balmis.
Tras la entrega del guion y ocupar el teniente coronel Espiga su posición como jefe de grupo
saliente, el teniente coronel Ordóñez, en su alocución, agradeció al general de la Brigada la confianza
depositada y a su familia por los sacrificios realizados durante sus años de servicio. Expresó sus
sentimientos de «ilusión», «responsabilidad» y «orgullo» por su toma de mando, valoró el trabajo
realizado por sus predecesores y el personal del Grupo y manifestó su profundo compromiso con la
tarea encomendada y con el personal a sus órdenes.
Finalmente, el acto militar finalizó con la retirada de la fuerza de la explanada de manera no
habitual, pues una vez más por el protocolo COVID, no se pudo realizar el desfile.