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Historia y Patrimonio
HISTORIA
Asalto comenzó a utilizarse en demostraciones en las distintas Escuelas Militares, ya que no existía
una doctrina de empleo que recomendara una instrucción continua.
Tras el mando del Capitán Pessoa la situación de la Compañía se deterioró, por lo que la Compañía
de Carros de Asalto cayó en el olvido. La razón principal de esta situación fue el malestar de
la revolución «tenentista» (1922-27) que interrumpió varias otras iniciativas para modernizar el EB.
Así, los pequeños Renault brasileños, que solo se usaban en desfiles conmemorativos, terminaron
por estar inoperativos. También fueron determinantes para relegar la unidad embrionaria al ostracismo
la falta de repuestos para el mantenimiento y la falta de personal especializado.
El tema de la mecanización se retomó a principios de 1941, cuando se celebró una conferencia
en la Inspección de Caballería titulada «Mecanización y Caballería», en la que participaron el entonces
Director de Caballería, Firmo Freire y el General Newton Cavalcanti, que con el empleo de
Capitán, fue el segundo Jefe de la embrionaria Compañía de Carros de Asalto. Primero, se ocuparon
de la mecanización en la guerra que se estaba desarrollando, abordando las posibilidades técnicas
del material y el éxito alemán. Luego hubo un debate en el que se confrontaron la conveniencia de
uso del motor y del uso del caballo, teniendo en cuenta, sobre todo, las dificultades para obtener el
material, dado el estado en ese momento de la industria nacional y, posteriormente, las peculiaridades
de la operatividad en un teatro como el territorio brasileño.
En cuanto a la táctica, los brasileños se apresuraron a adoptar, aparentemente, la utilizada por
los británicos, cuando renunciaron a crear una fuerza blindada específica para tomar el camino
menos problemático, que era simplemente mecanizar las Armas existentes. A partir de entonces,
comenzaron a utilizar transportes de ametralladoras, muy bien considerados en Brasil. Así, como
la adopción de los primeros carros de combate resultó del compromiso personal del capitán José
Pessoa, la nueva generación de vehículos mecanizados adquiridos por Brasil también se debe al
esfuerzo de otro oficial, el entonces capitán de caballería Carlos Flores de Paiva Chaves. Enviado
en 1935 a unas prácticas en Francia, a la Escuela de Caballería de Saumur, se actualizó sobre la
mecanización de la Caballería francesa en cuanto a su evolución técnica y táctica. A su regreso,
fue nombrado instructor en la Escuela de Estado Mayor del Ejército, donde comenzó a incentivar la
reanudación de la mecanización en el EB. En 1937 fue nombrado adjunto al Jefe de la Sección de
Motorización del Estado Mayor del Ejército, donde organizó estudios preliminares sobre una doctrina
adecuada para tropas mecanizadas y también propuso la creación de una Escuela de Blindados.
Al mismo tiempo, un grupo de oficiales asignados como observadores del desarrollo de la Guerra
en Abisinia, bajo el mando del general Waldomiro Castilho de Lima, aconsejó al gobierno brasileño
la adquisición de carros ligeros Fiat-Ansaldo CV 3/33, probados en combate y afortunadamente
modernos, para reemplazar los vehículos Renault, que estaban obsoletos e inoperativos. Cuando se
le pidió que emitiera la opinión sobre este nuevo equipo, el capitán Paiva Chaves no solo lo aprobó,
sino que también recomendó la compra de al menos 23 carros, lo que fue suficiente en ese momento
para equipar un Escuadrón de Reconocimiento. Brasil adquirió 23 carros con ametralladora,
creando en 1938 el Escuadrón
de Autoametralladoras. Durante
Memorial de Caballería, n.º 90 - Diciembre 2020 95
ese año, el capitán Paiva
Chaves logró transformar el
Escuadrón recién creado en
una Subunidad de Enseñanza,
tras la aprobación del Director
de Educación del Ejército
y Comandante de la Escuela
de Perfeccionamiento de Oficiales.
En 1939, tras reunir lo
Fiat Ansaldo CV blindado 3/33
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