LA FRAGATA BLINDADA VITORIA, EXVOTO MARINO EN EL SANTUARIO DE...
como supone al dirigir varias pregun-tas
al ministro de Marina, ningún
crédito legislativo para reformar y
mejorar las condiciones marineras de
las fragatas blindadas Numancia y
Vitoria. Por no existir semejante
crédito no ha podido agotarse canti-dad
alguna destinada al efecto. En el
ánimo del general Berenguer, como
en el del ilustre jefe del Gobierno, a
quienes la opinión tributa sus aplau-sos
por el interés con que atienden al
desarrollo del poderío naval de Espa-ña,
está el propósito de hacer en aque-llos
buques las reparaciones y modifi-caciones
Hemeroteca de Abc
necesarias para convertirlos en dos acorazados de segunda clase (...) La
Numancia y la Vitoria, que están admirablemente construidas, y cuyos materiales
son inmejorables, pueden recibir blindaje resistente, artillería de grueso calibre y
máquinas de sistemas modernos que dupliquen su velocidad y las permitan figurar
dignamente al lado de las nuevas y poderosas naves Pelayo, Oquendo, Vizcaya,
Infanta María Teresa, etc.»26.
En 1896, la Vitoria fue enviada a los astilleros de La Seyne, en Tolón,
para ser transformada en acorazado guardacostas, perdiendo su arboladura en
favor de dos pequeños mástiles provistos de cofas militares y cambiando la
artillería.
La Vitoria no pudo intervenir en la guerra de 1898 contra los americanos.
Terminadas sus reformas antes que su coetánea Numancia, ni siquiera una
improvisada instalación de armamento le permitió entrar en la guerra, ya que
la escuadra del contralmirante Cámara, de la que formaba parte, regreso
desde Suez a la metrópoli cuando supo de la consumación de la catástrofe en
Filipinas.
A finales del siglo XIX se incorporó a la Escuadra de Instrucción. Todavía
en junio de 1901 realizó una travesía a las islas Azores para cumplimentar al
rey portugués Carlos I, que se encontraba en las islas, regresando a Cádiz en
el mes de julio. En 1902 estuvo alistada para intervenir en Marruecos, pasó
después a albergar la Escuela de Artilleros, quedando en situación de reserva
en Ferrol. Desde mediados de 1903 ya no volvió a navegar. Siguió en servicio
activo hasta 1907. En 1908 pasó a situación de desarme y fue dada de baja en
1912. No obstante, todavía en 1911 surgían opiniones sobre la conveniencia
de su continuidad como escuela naval flotante:
«LA ESCUELA NAVAL EN BILBAO = Hace pocos días publicó El Correo
Gallego y reprodujo LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA un artículo del comandante
general del Ferrol, contraalmirante de la Armada D. José Morgado y Pita da
(26) La Época, 27 de noviembre de 1895, n.º 16.345, p. 3.
REVISTA DE HISTORIA NAVAL 148 (2020), pp. 105-126. ISSN 012-467-X 123