revista de aeronáutica y astronáutica / enero-febrero 2021
108 el C-101 bate record de horas voladas
sin embargo, no pasaron de ser eso,
un proyecto. Como curiosidad, además
de promover la modernización
y adecuación de las instalaciones, el
proyecto hablaba de construir una
pista de obra en dirección 32-14
para que la enseñanza de vuelo no
se interrumpiera en los días de componente
noroeste, al ser vientos de
gran intensidad y muy cruzados, finalmente
nunca se construyó.
Ese mismo año la Academia celebraba
las 500 000 horas de vuelo, que
sirvieron para formar hasta entonces
a 2153 pilotos, y también recibía la
visita de sus majestades y de varios
personalidades, como el entonces
presidente del Gobierno, Adolfo Suarez.
Precisamente de manos de S.M.
la reina Sofía, la Academia recibió la
bandera que sustituyó al antiguo estandarte,
justo un mes después de
recibir los primeros C-101, siendo la
madrina la propia reina Sofía.
A lo largo de ese año y del siguiente,
poco a poco se fueron incorporando
los C-101 a la AGA y, ya en el curso
80-81, algunos instructores pudieron
realizar en él 623 horas y 50 minutos
de formación, siendo los alumnos del
curso 81-82, los primeros en volar el
C-101, aunque lo volaron únicamente
en una fase del curso por lo que
ninguno de ellos se soltó en esta aeronave.
El primer alumno que tuvo
el honor de «soltarse» en este avión
fue el alférez alumno Vallas, de la 35ª
promoción, hito que se produjo el 2
de diciembre de 1982, ya en el curso
82-83. Unos meses después, el 12
de abril de 1983, se inauguraba el
primero de los dos simuladores que
actualmente prestan servicio en la
Academia.
LA ESPERADA LLEGADA Y EL
CAMBIO DE MORRO
Uno de los primeros pilotos que
ha tenido la posibilidad de volar el
C-101 como alumno, como instructor
y como miembro también de la Patrulla
Águila es el teniente coronel José
Manuel García Mora, en la actualidad
jefe de Fuerzas Aéreas de la Academia
General del Aire. Hoy en día, 35
años después de su primer vuelo en
el C-101, Mora relata la entera confianza
que le transmite el avión. «Parte
de ella se debe a la buena labor que
realiza el equipo de mantenimiento
de esta aeronave, el cual tiene ya una
amplísima experiencia transmitida
año tras año desde la década de los
80».
Sin duda alguna el teniente coronel
Mora presenció en primera persona y
nos relata hoy, dos momentos históricos
en la vida del culopollo (como
cariñosamente se apoda el avión), la
sustitución del T-6 por el C-101 en la
Escuela Básica y el cambio de morro
a principios de los 80.
«En el curso 1981-1982, los 123
alumnos del CSAGA en los Alcázares,
mirábamos al cielo con expectación
viendo como los T-6 que nos sobrevolaban
a diario mientras hacían sus
tráficos, eran sustituidos por el nuevo
C-101. 39 años después, los alumnos
de 1.º de la AGA, mientras realizan su
periodo de campamento en los Alcázares,
siguen viendo hacer los tráficos
al ya veterano avión. Un avión noble,
que ha demostrado su valía como
avión entrenador y para realizar exhibiciones
vistosas, permaneciendo
siempre a la vista del público por sus
características de vuelo.
Además es un avión fiable, como
demuestra que a finales de los 80,
mientras realizábamos un vuelo instrumental
de enseñanza, los 12 aviones
del periodo íbamos cargando
hielo en los planos y cúpula. El pitido
de la radio de UHF, característico
cuando entrabas en cumulonimbos,
te avisaba de que debías salir de esa
zona. Al aterrizar, todos los aviones
reportamos que volvíamos sin novedad,
ya que no apreciábamos nada
que indicase lo contrario en los instrumentos
del motor. Nuestra sorpresa
fue que casi todos regresábamos con
alabes rotos por ingestión de hielo.
Como consecuencia de eso, se cambió
el morro redondeado del avión
por el actual morro puntiagudo, que
evita que se forme hielo y al desprenderse
sea ingerido por el motor».
LA CREACIÓN DE LA PATRULLA
ÁGUILA
Eran unos años en los que España
avanzaba rápidamente y se adaptaba
a los nuevos tiempos, como la Academia
lo hizo al C-101.Una prueba
palpable fue la creación de la Patrulla
Águila, cuya historia está íntimamente
ligada al avión y a la Academia.
En 1985, cinco profesores pioneros
decidieron poner en marcha un
nuevo proyecto basado en la positiva
experiencia de la antigua Patrulla Ascua.
Fruto del interés y gran esfuerzo
de un grupo de profesionales de la
C101 en la Academia General del Aire