Djinguereber, La Gran Mezquita de Tombuctú construida en barro en el año 1327. (Imagen:
autor)
revista de aeronáutica y astronáutica / enero-febrero 2021
cita en Tombuctú 83
En los inicios, ambos grupos no
mantuvieron enfrentamientos entre
sí e incluso llegaban a colaborar en
determinados ataques que adquirieron
cierta entidad. Esta situación
constituyó una continua amenaza
para las fuerzas gubernamentales,
que sufrían sangrientos ataques
a convoyes y cuarteles y robo de
abundante armamento. Así mismo,
MINUSMA no lograba tampoco adquirir
plena libertad de movimiento
al ser objeto de continuos ataques
con IED, y por último, las operaciones
contraterroristas llevadas
a cabo por las fuerzas de Barkhane14,
las del G5 Sahel15 o incluso
las combinadas EEUU-Níger16 no
logran acabar con los terroristas, a
pesar de que algunos golpes certeros
han conseguido neutralizar a
importantes líderes yihadistas.
Esta inicial colaboración respondió
más bien a iniciativas locales que
determinados grupos yihadistas y
delincuentes realizaban para asestar
determinados golpes. Mientras
tanto, el EIGS fue adquiriendo protagonismo:
su área de actuación se fue
extendiendo e incrementando su número
de adeptos. Diversas pueden
ser las causas de este reclutamiento,
sobre todo la permisividad para que
sus miembros perciban mayores retribuciones
de los saqueos y robos
realizados. Además, estar situados
en un área que es cruce de tráficos
ilícitos, que todavía hoy el conflicto
libio alimenta, permite que los ingresos
no mengüen.
El auge del EIGS desembocó a
finales del 2019, en graves desavenencias
con el grupo líder JNIM, que
veía cómo su área de dominio se reducía
en provecho de EIGS, o como
muchos de sus miembros pasaban
a engrosar las filas del mismo. Estas
disputas han acabado finalmente en
cruentos choques que han ido mermando
las filas de ambos grupos y
que a fecha de hoy continúan. Esto
no quiere decir que la división que
se ha producido en el yihadismo
saheliano vaya a debilitar al mismo.
Desafortunadamente, el yihadismo
en la región del Sahel va camino de
convertirse en un mal endémico.
DESPLIEGUE EN MINUSMA
Una participación menos conocida
de las fuerzas armadas españolas en
Mali, es la presencia de un oficial en
el Cuartel General de la operación
MINUSMA en Bamako, así como de
algunos miembros de la Guardia Civil.
En septiembre de 2017 fui designado
por el EMAD para iniciar esta
misión, que permitía tomar parte en
el desarrollo del planeamiento de
la operación. Además, mi proactividad
me llevó a implicarme en otro
tipo de tareas, como era acompañar
al deputy commader de la misión,
general mayor Amadou Kané en las
inspecciones a los cuarteles generales
de los sectores establecidos en el
norte del país y, así, me facilitaba tener
una visión más real de las zonas
próximas al combate.
Una de estas inspecciones se
realizó al Campo del Sector Norte,
establecido en Tombuctú, a unos kilómetros
de la histórica ciudad, junto
a un aeropuerto que una semana
después, la terminal de pasajeros
quedó completamente destruida
por un ataque de un camión suicida.
Operación SERVAL