El año más aciago para la
aviación civil
José Antonio Martínez Cabeza
Ingeniero aeronáutico
Miembro de número del Consejo
Asesor del SHYCEA
revista de aeronáutica y astronáutica / enero-febrero 2021
32 aviación civil
Lamentablemente este clásico
resumen anual no puede discurrir
dentro de los cauces tradicionales
de años pasados, pues lo sucedido
durante 2020 hace que en esta oportunidad
sea más una crónica de sucesos
que una reseña de hitos y logros
de la aviación comercial durante ese
ejercicio. La pandemia causada por
el virus COVID-19 ha sido y es una
catástrofe sin paliativos a nivel planetario,
y el transporte aéreo no podía
estar al margen de sus consecuencias,
pues sabido es que se trata de
una actividad muy sensible a la evolución
del entorno social y a las crisis.
Aún es pronto para aventurar como
saldrán de ella tanto las compañías
aéreas como los fabricantes de aeronaves.
Su evolución y duración no
son predecibles con un mínimo de
certeza, y por el momento todo está
en el terreno de la especulación.
Fue a partir del mes de marzo
cuando la pandemia trajo el caos al
transporte aéreo. En el mes de abril
siguiente su actividad quedó bajo mínimos,
prácticamente detenida. Para
los que usamos asiduamente la página
web Flightradar24.com en internet
resultó tan impresionante como
desolador contemplar el espectáculo
de unos cielos casi vacíos donde pocos
días antes todo era un ir y venir
de aeronaves. En escasas fechas las
previsiones de las compañías aéreas
se vinieron abajo y estas se vieron
en una situación tal que hubieron de
proceder con una improvisación tras
otra para capear el temporal. Apenas
pudieron esbozar una estrategia para
las siguientes semanas y mucho menos
a meses vista. Todas hubieron de
pedir ayudas en un momento dado
para mantenerse operativas obteniendo
respuestas muy diferentes
según los países. En un principio se
consideró que en el verano la situación
mejoraría y la recuperación daría
comienzo, pero lamentablemente no
fue así. La International Air Transport
Association, IATA, hubo de modificar
a la baja sus previsiones y pasó de
considerar también que la situación
se encarrillaría hacia la mejora tras el
segundo semestre, a reconocer que
la crisis sería más profunda y duradera
de lo que se había vaticinado en los
primeros momentos. La IATA estima
ahora que sus compañías miembros