354 opinión acerca de la zona gris del conflicto (I)
revista de aeronáutica y astronáutica / mayo 2022
muy difícil, cuando no imposible, atribuir a un actor
determinado la autoría de esas acciones hostiles.
El binomio dificultad en la detección atribución de
los hechos caracteriza mucha de la actividad que se
desarrolla en la ZG. La utilización por el agresor de
todo tipo de enmascaramientos, actuando a través
de proxis, hackers profesionales, redes de crimen
organizado o incluso terroristas, mecanismos de influencia
u organizaciones diversas de la sociedad civil,
son habituales en este tipo de comportamientos.
En lo que se refiere al límite superior de la ZG, las
acciones hostiles por debajo del umbral del conflicto
solo adquieren esta categoría en el análisis y
cálculo del agresor. Pero este no es capaz de determinar
con precisión la percepción que de la acción
o conjunto de acciones agresivas va a tener su
adversario. Dicha percepción varía en función de
coyunturas en la arena internacional, estados de
ánimo e intereses de sus líderes, situaciones de la
política interna y, en definitiva, multitud de factores
que el agresor puede creer conocer y valorar correctamente
pero que, al fin y al cabo, no están en
modo alguno bajo su control.
Por tanto, el agresor desconoce con certeza dónde
ha situado el agredido sus líneas rojas, que además
pueden y suelen ser movibles y responder,
incluso, a un criterio de oportunidad frente a acciones
concretas del agresor. En resumen, se puede
afirmar que el límite entre la ZG y la guerra está
sometido a una doble subjetividad, la del agresor
y la del agredido, en la que el control de una posible
escalada que lleve a la guerra, tanto por parte
del agresor como del agredido en su respuesta,
está plagado de incertidumbre, ya que acciones de
superior intensidad y consecuencias pueden, sin
pretenderlo, desembocar en un conflicto armado
de alta letalidad no buscado por ninguno de los
contendientes.
Por último decir que el objetivo perseguido por
un actor que infringe un conflicto en la ZG a otro
persigue siempre los mismos que podrían conseguirse
mediante la guerra. Es decir, la modificación
o revisión del statu quo preexistente entre ambos,
pero con menor riesgo, menor coste y menor daño
a su reputación internacional, todo ello a cambio de
lograr sus objetivos a un plazo mucho más dilatado.
ESPECIFICIDAD DE LAS ACCIONES
DESARROLLADAS EN LA ZONA GRIS
Apuntado ya lo qué es la ZG y sus límites, cabe
preguntarse cuáles son las acciones que se desarrollan
en este espacio del espectro del conflicto.
Y la respuesta no es fácil, pues el catálogo de posibles
acciones no solo es muy amplio, sino que,
además de estar dotado de una cierta inventiva,
depende esencialmente de dos características específicas
de cada binomio agresor-agredido.
En lo que se refiere al agresor, este está condicionado,
independientemente de cuál sea su
intención y nivel de ambición, por sus capacidades
y las oportunidades a su disposición. De este
modo podemos fácilmente darnos cuenta que
un país origen o tránsito de un alto flujo irregular
hacia su vecino dispone de una importante herramienta
de coerción hacia él, muy distinta de
otro que sea un exportador esencial de recursos
energéticos hacia dicho vecino o, en otro ejemplo
muy conocido, de un país dotado de grandes y
sofisticadas capacidades en el ámbito del ciberespacio.
Estos, entre otros muchos ejemplos posibles,
configuran perfiles distintos de potenciales
agresores en la ZG.
Desde el punto de vista del agredido, no es
menor el condicionamiento, que depende en
este caso, a su vez, de las vulnerabilidades críticas