revista de aeronáutica y astronáutica / mayo 2022
los primeros simuladores 363
condiciones instrumentales, en donde
a los pocos minutos, los sentidos
engañaban a los protagonistas, especialmente
en condiciones de «capota
cerrada», en las que en las totalmente
nulas referencias lumínicas acentuaban
este hecho. Este tipo de vuelos,
que en la actualidad engloban el tipo
IFR (Instrumental Flight Reference) en
la época se denominaba pilotaje sin
visibilidad (PSV), y se definía como
«exclusivamente, un pilotaje a los indicadores
».
Pocos, pero sobradamente conocidos,
son los padres del vuelo instrumental:
William C. Ocker, Jimmy
Doolittle (primer piloto en despegar,
volar y aterrizar únicamente con instrumentos)
y Carlos de Haya, inventor
de la archiconocida Integral Haya
(horizonte artificial-integral giroscópico
capitán Haya), primer horizonte
artificial asociado a un indicador de
virajes, binomio operativo y totalmente
fiable del momento, que fue
adoptado por otras naciones.
Estos logros fueron alcanzados
por aviadores avezados, curtidos y
con sobrado arrojo como para poder
inaugurar una era desconocida
en el momento y que marcó el punto
de inicio de la aviación instrumental
tal y como la conocemos hoy. No
obstante, el avance de la técnica
y las necesidades de formación y
disminución del riesgo asociado al
vuelo real, dieron como resultado el
nacimiento de la simulación, plasmado
en la actualidad como sintéticos
capaces de emular con total
fidelidad toda la suite de sistemas
de un avión dado, añadiendo, en el
caso de los militares, maniobras de
alta complejidad como repostajes
en vuelo o empleo de armamento
de forma efectiva, maximizando el
conocimiento del piloto antes de
comenzar el adiestramiento en vuelo
real. Obviamente, en sus inicios,
sus pretensiones eran muy altas,
pero la técnica limitada, hija en definitiva
de su tiempo.
EL LINK TRAINER
El banco (así se denominaban
en España hace 80 años) de mayor
complejidad era el Link Trainer
(también llamado Blue Box por el
color de la reproducción de avión
en la que se subía el alumno), ideado
a finales de la década de 1920
por Edwin Link, quien había desarrollado
una fuerte pasión por el
vuelo durante su niñez, tomado su
primera lección de vuelo en 1920 y
obteniendo en 1927 la propiedad
del primer avión Cessna producido,
viviendo, no obstante, modestamente.
Lejos de conformarse, decidió
paliar con el ingenio su falta de
capacidades económicas, desarrollando
en 1929 la primera versión
del primer simulador de vuelo profesional
tal y como lo conocemos
hoy, capaz de inducir movimientos
en tres dimensiones incluyendo
buffeting, y hasta un cierto nivel,
movimientos giratorios asociados
a las barrenas gracias a la adición
Breese Penguin. (Imagen: Long Island’s Air and Space Museum)
Simulación en un Link Trainer en la Royal Naval Air Station en 1943. (Imagen: colección Imperial
War Museums)