356 opinión acerca de la zona gris del conflicto (I)
revista de aeronáutica y astronáutica / mayo 2022
Lógicamente, en la zona más baja del espectro
serán predominantes las acciones no militares,
mientras que estas entrarán en liza con mayor
frecuencia e intensidad si se decide escalar hacia
una zona más caliente que, sin llegar a la guerra,
se sitúe próxima a ella.
Por tanto, y de un modo genérico, podemos
considerar que las acciones hostiles se enmarcan
en los ámbitos diplomático, político, militar,
cognitivo, económico, financiero, de inteligencia,
legal y ciberespacial, tal y como se establece en
el manual del European Centre of Excellence for
Countering Hybrid Threats, de marzo de 2020.
Esta realidad tan compleja evidencia que estrategias
de esta naturaleza, aunque no incluyan, al
menos al principio, acciones de alta intensidad,
de un modo coherente y sostenidas en el tiempo,
pueden llegar a tener efectos devastadores sobre
el país agredido, llegando a ser una amenaza de
gran calado para su independencia, integridad
territorial, su régimen constitucional y la vida y el
bienestar de sus ciudadanos. Es decir, para sus
intereses vitales.
Se considera que existen tres tipos de acciones
que, en orden ascendente de intensidad y peligrosidad,
se pueden englobar en:
• Acciones de configuración.
• Acciones de interferencia.
• Acciones de desestabilización.
Mientras que las acciones de configuración se
prolongan en el tiempo, con el objeto de establecer
condiciones más favorables al agresor, las de
interferencia escalan para lograr un debilitamiento,
en todos los campos anteriormente nombrados,
del agredido. De este modo se encontrará en una
situación mucho más precaria para hacer frente a
las acciones de desestabilización, más concentradas
en el tiempo y más intensas, que buscan alcanzar
decisivamente los objetivos del agresor en el
momento que se considera adecuado.
El catálogo de posibles acciones es casi tendente
al infinito, pero lo más importante es comprender
que se va a tratar siempre de una amplia
combinación de herramientas, integradas en una
estrategia que persigue un fin claramente definido
por el agresor.
Por tanto, para contrarrestar una ZG es igualmente
necesaria una estrategia nacional, integrada
y coherente, que será tratada en la segunda
parte de este artículo. n
BIBLIOGRAFÍA
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– EUROPEAN CENTRE OF EXCELLENCE FOR COUNTERING
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– VILLANUEVA, CHRISTIAN D. ¿Es la Zona Gris el nuevo
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