Internet y nuevas
tecnologías Ángel Gómez de Ágreda
Coronel del Ejército del Aire
Doctor en Ingeniería
de Organización (UPM)
angel@angelgomezdeagreda.es
revista de aeronáutica y astronáutica / mayo 2022
428 internet y nuevas tecnologías
Hasta el momento de escribir estas
líneas no se han producido los
devastadores ataques cibernéticos
que muchos pensaban/mos que
acompañarían a las columnas blindadas
rusas que entraban en Ucrania.
O, cuando menos, no hemos visto
todavía sus consecuencias. Moscú
sí ha denunciado ataques contra sus
redes1 y, desde luego, hemos visto a
grupos más o menos privados, como
Anonymous, tomando partido o
aprovechando el caos y la barra libre
para hackear a diestro y siniestro.
JUGANDO AL GATO Y EL RATÓN
Y, sin embargo, la tecnología digital
está bien presente tanto en el
campo de batalla como en la retaguardia
de ambos contendientes.
Que Kiev haya pedido a China que
desactive una función de sus drones
de marca DJI puede ser más
una maniobra política que técnica,
pero ilustra una guerra tecnológica
e industrial no menos inmisericorde
que la que tiene lugar en las calles
de Mariopol.
DJI es una marca china de drones
a la que Estados Unidos ha
acusado, hace ya tiempo, de estar
muy próxima a Beijing y a la vigilancia
de su población, y cuyo uso
ha prohibido en sus instituciones
públicas. Aparte de su capacidad
para la vigilancia y, en un momento
dado, el apoyo a la dirección de
tiro, DJI AeroScope es una aplicación
que permite identificar la posición
y más datos sobre el dron y su
operador a una distancia de 50 km.
Pensada para permitir a las fuerzas
de seguridad neutralizar un uso
ilegal de estos aparatos (en usos
terroristas o en vuelos cerca de aeropuertos,
por ejemplo), también
habilitaría al enemigo para «cazar»
a los pilotos remotos2.
Los drones de DJI son, en cualquier
caso, de uso comercial y recreativo.
No tienen nada que ver
con otros desarrollos que, empleando
inteligencia artificial, son capaces
de identificar a sus objetivos
autónomamente y que también se
han visto en el frente ucraniano3.
LA SEMILLA DE LA DISCORDIA
Con las debidas precauciones
respecto de las (des)informaciones
presentes en cualquier guerra, ya
se han ido filtrando algunos de los
usos de la internet por ambos bandos
y de terceras partes.
El uso de podcasts para informar,
desinformar o difundir publicidad/
propaganda se ha vuelto más frecuente
en los últimos tiempos. Cabe
recordar a este respecto las enseñanzas
del profesor Torres Soriano
en el sentido de que la desinformación
no hay que interpretarla como
un intento de engaño, sino de desestabilización4.
La especial sensibilización de la
población mundial con los asuntos
de salud y, en particular, con las posibilidades
de la guerra biológica
(recordemos las teorías respecto
del origen artificial de la COVID-19)
presentan un campo abonado para
generar el desconcierto en tiempos
de conflicto. Trece podcasts estadounidenses
de entre los más influyentes
han recogido la información
sobre la existencia de laboratorios
de guerra biológica que Washington
estaría operando o financiando
en Ucrania. El relato parte de las declaraciones
de la subsecretaria de
Estado para Asuntos Políticos sobre
financiación de laboratorios biológicos
en Ucrania para la investigación
de patógenos5.
Como siempre en estos casos, resulta
casi irrelevante si el contenido
apoya o desmiente una afirmación.
Lo verdaderamente importante es el
establecimiento del relato, de qué se
habla, más de qué se dice sobre ello.
DJI AeroScope