TEMAS GENERALES
— 01:15 horas. Llega por fin la motobomba a la zona siniestrada; pero al
no tener aún ningún aljibe de los que habían solicitado, su personal
descarga de nuevo a pulso la pesada motobomba y busca entre las
ruinas del Hidrográfico un depósito de agua. Tras encontrarlo, el
teniente Montáñez y el brigada Alcalde conectan dos líneas de
mangueras de 50 metros y comienzan a atacar los fuegos.
— 04:00 horas. Tras comprobar que el teniente coronel Ristori tiene la
situación controlada y que tanto las tareas de rescate como las de
seguridad y desescombro van a buen ritmo, el coronel Vicente Juan se
vuelve al Tercio con el capitán Pando para organizar una nueva
compañía y preparar suministros, víveres y materiales.
— 06:15 horas. Se consideran apagados todos los incendios. Se invierten
más de seiscientas toneladas de agua con emulsor. Aun así, los efectivos
de la sección de Contraincendios continúan en la zona en previsión
de la activación de nuevos focos.
— 07:00 horas. Sale desde el Tercio una tercera compañía de infantes de
Marina (9) para relevar a los que llevan toda la noche trabajando,
mandada por el capitán Anguiano.
— 17:00 horas. Desde el Tercio parte una cuarta compañía (10), a cuyo
mando vuelven a poner al capitán Espejo.
A partir de este momento continuarían haciéndose relevos cada diez o doce
horas durante los días siguientes con las misiones de desescombrar la Base,
los Astilleros y las viviendas de la calle Tolosa Latour. También se montaron
tres tiendas de campaña en el lugar del siniestro como puesto de mando avanzado
de los equipos de intervención del Tercio, y muchas más en los barrios
de alrededor para dar cobijo a familias enteras de damnificados, como aquella
en cuya lona alguien pintó: «Los gorriones sin nido».
Durante estas agotadoras jornadas, el personal de la Armada salvó a 173
niños de las ruinas de la Casa Cuna. Desgraciadamente, allí también se produjeron
muchas escenas dantescas, como el rescate de los cadáveres de 26
pequeños. Igualmente, la sección del alférez Charlo se distinguió en el salvamento
de personas que residían allí cerca, unos con vida y otros muertos,
como la familia Palacios, de la que por mala fortuna nadie sobrevivió.
Además, en la parte final del informe personal del coronel Vicente Juan,
este quiso hacer constar la anécdota del teniente Aragón que, tras haber sido
designado con su sección para efectuar un reconocimiento del almacén de
(9) Las secciones de esta compañía las mandaron los tenientes Roa, Martín Giorla y Herrera
Escribese. También fue el teniente Díaz Valero para hacerse cargo de los de Defensa Pasiva.
(10) Los alféreces Serván, Díaz Galán y Rico Regueiro tomaron el mando de las secciones
de esta compañía. El teniente Díaz Valero continuó con los de Defensa Pasiva hasta el día
siguiente.
632 Mayo