EL CONCEPTO
ES EL CONCEPTO
José María CUETOS AZCONA
L título de este artículo probablemente provoque
una sonrisa en muchos lectores y les traslade a una
situación simpática de la película (1) que popularizó
la expresión. En una escena en concreto, el sicario
gallego Pazos se reunía en un campo de fútbol vacío
con la lugarteniente portuguesa Souza, representantes
ambos de dos bandas del crimen organizado,
para «discutir un par de concetos con el fin de
discutirlos». Este filme, de finales del siglo pasado,
fue muchas veces una excusa perfecta para confraternizar
en cámaras y comedores de nuestras unidades
fuera de las horas de trabajo. Y es que cuando
queremos hablar de conceptos, como ya le pasaba a
Pazos, la cosa no es fácil, y trasladarlo a un folio lo
complica. No va a ser un problema exclusivo del
conocido sicario, puesto que el tema de los conceptos ha sido objeto de estudio
por personajes universales, como los filósofos Aristóteles y Spinoza, por
poner conocidos ejemplos.
Del latín conceptus, el término se refiere a la idea que forma el entendimiento,
o sea, un pensamiento que es expresado mediante palabras. En el
diccionario de la Real Academia de la Lengua, entre otras acepciones, se define
como: «idea que concibe o forma el entendimiento» y «representación
mental asociada a un significante lingüístico». La noción de concepto siempre
aparece vinculada al contexto y es especialmente familiar en nuestro ámbito,
donde tradicionalmente los grandes avances tecnológicos han ido de la mano
de lo militar.
El primer propósito constructivo del hombre fue crear armas que le permitieran
defenderse de los ataques de los animales o atacarlos para conseguir
(1) Airbag, 1997. Director, Juanma Bajo Ulloa.
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