aquel país emergente, o sobre sucesos nacionales, como la explosión del
buque Cabo Machichaco.
Su obra
A Benito Pérez Galdós se le considera, después de Cervantes, el mejor
novelista en lengua española. Su vida marcó su obra, ya que le tocó vivir
momentos trascendentes del siglo XIX y de principios del XX, como la caída de
la Monarquía isabelina, la Revolución y la República que la siguieron, la
Restauración monárquica y la pérdida de las últimas colonias, que en gran
parte quedaron plasmados en sus novelas y obras de teatro. Los Episodios
Nacionales o Fortunata y Jacinta sirvieron para ayudar al gran público a
interpretar la realidad vivida por la nación. El balance final de su obra arroja
un saldo de un centenar de novelas, una treintena de obras de teatro y un
sinfín de artículos, relatos breves y ensayos. Sobre la novela, género que más
y mejor cultivó, dijo en su discurso de ingreso en la Real Academia Española:
«Imagen de la vida es la novela,
y el arte de componerla
estriba en reproducir los
caracteres humanos, las pasiones,
las debilidades, lo grande
y lo pequeño, las almas y las
fisonomías, todo lo espiritual
y lo físico que nos constituye
y rodea, y el lenguaje que es la
marca de raza, y las viviendas,
que son el signo de familia, y
la vestidura, que diseña los
últimos trazos externos de la
personalidad: todo esto sin
olvidar que debe existir
perfecto fiel de la balanza
entre la exactitud y la belleza
de la reproducción». Su vida,
como titulaba ABC recientemente,
«es la historia del
Nobel que se perdió por el
boicot cainita de sus adversarios
políticos».
Los Episodios Nacionales,
sin duda su obra cumbre, no se
separan de lo que manifestó en
TEMAS GENERALES
Ejemplar de la novela Fortunata y Jacinta.
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