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millones de euros en pérdidas económicas directas. Apenas hubo edificios
caídos, tan solo uno colapsó durante el temblor y, aunque afectó a casi el 70 por
100 de las edificaciones de la ciudad, únicamente el 5 por 100 sufrió daños
estructurales graves y cerca del 7 por 100 moderados. Asimismo, un número
importante del patrimonio arquitectónico se vio afectado en mayor o menor
medida.
Las graves pérdidas y el elevado pico de aceleración registrado (0,376 g) en
la ciudad de Lorca, más alto de lo que cabría esperar para un terremoto
moderado de esa magnitud, se pueden justificar por la cercanía de ambos
epicentros (a unos cinco kilómetros), el hecho de que fueran superficiales
(aunque no se observó ruptura en superficie) y, posiblemente, a un efecto de
directividad que concentró parte de la energía liberada hacia la ciudad, además
de un efecto de amplificación.
Pero en este artículo no vamos a analizar este suceso, sus causas o sus
consecuencias. Para ello podemos consultar numerosas publicaciones científicas
que estudian en profundidad los datos existentes y proponen diversas teorías
que explicarían las observaciones, aunque todavía quedan preguntas por resolver
y datos que comprobar. Con este ejemplo, tan solo se pretende llamar la atención
sobre este fenómeno natural, los terremotos, que nos azotan con mucha
frecuencia, a diario, aunque generalmente de forma imperceptible, y a los que
solamente les prestamos atención cuando nos afectan, como este, quizás el más
significativo que ha azotado a España en la última década.
Terremotos: algunos conceptos
Un terremoto (del latín terraemōtus, movimiento de la Tierra), sismo o
seísmo, es un fenómeno de sacudida brusca y pasajera de la corteza terrestre
producida por la liberación de energía acumulada en forma de ondas sísmicas.
Su causa es consecuencia de la actividad tectónica, principalmente en los bordes
de las placas, aunque también pueden tener un origen volcánico, asociado al
fraccionamiento de la roca debido al movimiento del magma, e incluso puede
ser inducido por la actividad humana (fracking, grandes embalses, explosiones
subterráneas...).
La Tierra, aunque nos parezca muy rígida, tiene, como todos los sólidos,
algo de elasticidad. Las tensiones a las que está sometida provocan su
deformación, acumulando energía hasta que se supera el límite de elasticidad,
momento en el que se produce la ruptura de la falla, es decir, el terremoto, que
solemos localizar mediante su aproximación focal, a pesar de que la falla puede
tener una longitud considerable de varios cientos de kilómetros. Así, el
hipocentro o foco es el punto interior de la Tierra donde se inicia el terremoto,
mientras que el epicentro es el punto sobre la superficie que se encuentra en su
vertical.
854 Junio