no es solo lo que se ve dosier 893
enemigo se dirige a la formación para hostigarles. Según
lo planeado, la formación realiza la correspondiente maniobra
evasiva prevista, a la espera de que «los colegas»
de la aviación de caza amiga contrarresten el hostigamiento.
En unos segundos el caza enemigo ha conseguido
alcanzar a la formación y está tratando de posicionarse
detrás del líder, y así poder usar sus misiles guiados por
infrarrojos o incluso su cañón de 20mm. Desde la posición
más atrasada de los Hercules se puede ver a la perfección
toda la maniobra y mediante la radio se intenta
ayudar dando indicaciones a la tripulación del A-400M
para realizar las maniobras necesarias y evitar ser alcanzados
o, incluso peor, ser derribados.
Para una tripulación de transporte, sentir el aliento de
un caza enemigo, máxime verlo de cerca es una vivencia
que no se experimenta con frecuencia, que le acelera la
respiración y le lleva a una exigencia
fuera de lo standard. Resulta
emocionante para todos escuchar
el tono de las voces que se usan
en las comunicaciones y en los
posteriores comentarios que surgen
tras del vuelo con los pilotos
de caza «agresores», no solo en
el debriefing, sino disfrutando de
una buena cerveza fría en la barra
del bar una vez ha finalizado la última
actividad del día.
¡Qué demonios, parece que el
enemigo no logró disparar y se
aleja para no ser interceptado por
los «buenos»! Ya están ahí, haciendo
su trabajo, posicionándose en
la órbita en apoyo y defensa de
la formación. A pesar de haber
salido airosos de este encuentro
revista de aeronáutica y astronáutica / noviembre 2020
con el enemigo, esta circunstancia ha
supuesto un problema añadido que
hay que resolver. Se han perdido unos
minutos preciosos con este carrusel de
maniobras defensivas con el caza y, ahora,
el líder debe encontrar la manera de
llegar a tiempo al primer objetivo, de lo
contrario la segunda parte de la misión
también se vería comprometida. Con
una breve llamada de radio, el líder explica
el nuevo plan y se adapta la ruta
aplicando los correspondientes cambios
en los sistemas de gestión de vuelo
de abordo. La aproximación táctica en
formación con tres aviones tan grandes
puede ser difícil de gestionar, pero el
líder ha hecho un trabajo brillante y se aterriza
solamente unos segundos tarde con respecto a lo
planeado, y en cuestión de pocos segundos se está en
disposición de embarcar al personal que luego se deberá
lanzar en la zona establecida.
Para llegar al segundo objetivo se puede aprovechar
un largo valle que permitirá que los aviones se escondan
del enemigo, pero que requiere mucha concentración.
Aunque se trate sin duda de una de las fases más bonitas
del vuelo, es también bastante exigente y fatigosa.
Se tienen dificultades para comunicarse por radio con el
equipo CCT que se encuentra en el área de lanzamiento,
lo cual podría ser debido a que el enemigo «perturba»
las comunicaciones intencionadamente o simplemente
es el resultado de volar «enmascarado» entre montañas a
muy baja cota. Además, por si todo lo anterior fuera poco,
esta circunstancia aumenta el nivel de estrés y fatiga. Tras
Amenaza aire-aire
Control Combat Team-2 desplegado