revista de aeronáutica y astronáutica / noviembre 2020
cine, aviación y espacio 921
acerca del combate y el significado
que tenía para ellos su idea de nación
confrontándolo directamente con el
Japón de hoy en día.
EL ZERO: DEL GRUPO TAINÁN A LAS
UNIDADES ESPECIALES DE ATAQUE
La Guerra del Pacífico, como es llamada
por los japoneses, puede ser
vista a través de este icónico modelo
de avión, uno de los más famosos de
todos los tiempos y el producido en
mayor número por Japón. Debutó en
la Segunda Guerra Chino-Japonesa,
uno de los conflictos periféricos a la
Segunda Guerra Mundial, con unos
resultados realmente formidables.
Su rendimiento a lo largo de la
guerra se vio condicionado por el
destino de su país de producción. Al
principio de la guerra superaba en
todos los aspectos a las aeronaves
norteamericanas de entonces: potencia
de fuego, velocidad, maniobrabilidad
y autonomía. Pero las cosas
cambiaron rápidamente a partir de
la Batalla de Midway, con la rápida
y progresiva concienciación de los
norteamericanos de la necesidad
de disponer de mejores aeronaves
y equipos de defensa antiaérea. A
medida que la guerra avanzaba el
diseño del Zero se fue quedando cada
vez más obsoleto a pesar de las
modernizaciones que sufrió. Aunque
siguió manteniendo una excelente
maniobrabilidad, pronto los aviones
norteamericanos como el P-51
Mustang, el F6F Hellcat o el F4U
Corsair.
Tras las batallas de Guadalcanal y
Midway en 1942 los japoneses vieron
enormemente mermada su capacidad
de combate aeronaval al perder
gran parte de sus efectivos. Tras esas
pérdidas la capacidad ofensiva japonesa
se perdió casi por completo,
viéndose obligados a establecer
bases terrestres para sus operaciones
aéreas, teniendo que realizar cálculos
y amplios vuelos en muchos casos al
límite de sus reservas de combustible
para poder alcanzar sus objetivos. A
Miembros del 72º Escuadrón Shinbu antes de su último ataque en
1945. Kamikazes. (Imagen de Wikimedia)
esta penosa situación táctica se le tenía
que agregar el constante estrangulamiento
de la economía japonesa
a medida que los aliados avanzaban y
consolidaban posiciones en el Pacífico.
Después de los bloqueos de las rutas
marítimas japonesas los estadounidenses
comenzaron sus campañas de
bombardeo sobre territorio japonés
centrándose en la destrucción de industrias
estratégicas, lo que ralentizó e
impidió en muchos casos el abastecimiento
de su ejército.
Los generales japoneses, convencidos
de sus posibilidades de victoria a
pesar de los acontecimientos, crearon
en octubre de 1944 la Unidad Especial
de Ataque. Se trataba de una nueva
forma de hacer la guerra mediante la
cuál esperaban conseguir un vuelco
significativo en la contienda con los
estadounidenses, obligándoles, como
poco, a pactar un armisticio. Estas unidades
eran conformadas por pequeños
grupos de atacantes y escoltas. Los
pilotos de ataque debían estrellar sus
aeronaves cargadas con bombas o explosivos
en los buques norteamericanos,
teniendo prioridad absoluta los
portaaviones.
Aunque se trata de una forma de
hacer la guerra legendaria en la cultura
popular, la efectividad de estos
ataques es muy discutible, ya que la
cantidad de buques alcanzados no resultó
significativa en términos tácticos
ni mucho menos estratégicos, llegándose
a pensar en la actualidad que
fueron totalmente contraproducentes
para Japón. n