instituto los felices resultados que
le son inseparables8.
El Instituto Gimnástico-Militar recibió
un importante apoyo del Ayuntamiento
de Barcelona. Durante su existencia,
el batallón que allí se formó fue
muy popular y realizó varias exhibiciones
gimnásticas y desfiles públicos9.
Pero, por desgracia, su claro posicionamiento
liberal «en aras de la libertad
española, antes que arrastrar las
cadenas de la servidumbre que para
siempre ha roto»10, supondría que,
con la llegada de los cien mil hijos de
san Luis, debiera dejar de funcionar a
finales de 1823.
Habría que esperar a la muerte de Fernando
VII para encontrar nuevas iniciativas.
La más importante tendría
lugar precisamente en un novedoso
centro de enseñanza: el Colegio General
Militar. A día de hoy asombra la
claridad de ideas y la variedad de contenidos
previstos tal y como anunciaba
en el discurso de apertura el 1 de
enero de 1843, el (también liberal) coronel
director Bartolomé Amat11:
No solo en estas campiñas, y en
otras mas apartadas á que conducirán
los paseos militares, formarán
interesante parte de la gimnástica
militar las referidas equitación,
esgrima y las maniobras y evoluciones
puramente tácticas, sino
dentro de este mismo edificio en
gimnasios oportunamente preparados,
y provistos de los instrumentos
y máquinas necesarias,
otros ejercicios de agilidad, fortaleza,
intrepidez y destreza militar,
…, siempre se procurará, …,el
110 / Revista Ejército n.º 965 • septiembre 2021
desarrollo de las fuerzas físicas á
la par que el de las individuales, no
perdiendo jamás de vista la vida
activa y laboriosa correspondiente
á un militar, que se arma para las
fatigas y penalidades de la guerra.
Las marchas y carreras en todos
terrenos con pasos y saltos de diversos
obstáculos, los útiles equilibrios
á pie y á caballo, las luchas
ó pugilatos, los asaltos, la nadadura,
la conduccion de pesos, el arte
de lanzar proyectiles á mano, las
maniobras de fuerza de la artillería,
los volteos y otros útiles juegos
y recreaciones, entre ellas el baile,
continuamente secundadas por la
cadencia y cantos12 guerreros que
hagan familiares los mas sublimes
principios de disciplina, moralidad,
pundonor y ciencia militar
(palabras que con las de vigilancia,
denuedo, subordinacion, celo, resignacion,
perseverancia y otras de
que está continuamente matizada
la ordenanza, las hemos de considerar
como átomos de esta atmósfera
que ha de respirar el Colegio),
todos ellos serán excelentes medios
de educacion que, evitando
degenerar en los estremos de grosera
rusticidad ó en los frívolos placeres
de la gimnástica puramente
escénica, servirán para proporcionar
oficiales que sirvan de instructores
para propagar en todo el ejército
español los útiles ejercicios de
la gimnástica militar, complemento
importantísimo de la táctica propiamente
dicha, y de la que en realidad
son ramificaciones13.
Manuel Cuadros fue el elegido como
profesor de gimnástica en mayo
de 1844. Su importancia estriba en
el contacto directo que mantenía con
Amorós14. Tal es así que, al referirse al
gimnasio que Cuadros montó para el
Colegio, el 30 de mayo de 1844 en El
Heraldo aparecía la siguiente noticia:
Personas que han concurrido al
Gimnasio de París refieren que el
construido por el profesor Cuadros,
para la instrucción de caballeros
cadetes, se halla organizado
con la mayor inteligencia, y que en
el cortísimo tiempo que llevan de
su enseñanza conocen por sí mismos
su utilidad y ventajas, excediendo
en ellos los más, a su edad
Tumba de Amorós en el cementerio de Montparnasse (París) y a su físico15.