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Fundamental, cualquiera que sea su
recorrido profesional, y que las vivencias
personales de cada profesional
son las que confieren ricos y variados
matices al conjunto, aportando amplitud
a la «uniformidad».
BURGOS Y LA ACADEMIA DE
INGENIEROS
Los ingenieros militares aparecen
para satisfacer la necesidad de defender
a una fuerza o población
frente a otra hostil mediante la fortificación
y, en caso contrario, de desbaratar
la fortificación enemiga para
provocar su rendición. Con el correr
de los tiempos, el mismo principio se
amplía a la protección y a la consecución
de la superioridad en el uso
del espectro electromagnético y del
ciberespacio, que realizan las unidades
de trasmisiones.
En la antigüedad, los conocimientos
necesarios eran transmitidos de
forma no reglada hasta el siglo xvi,
cuando se hizo imprescindible que
los ingenieros tuviesen una sólida
formación científica1 y se crearon
las «Academias de Matemáticas»,
entre las que tuvo especial relevancia
la Academia Real y Militar del
Ejército de los Países Bajos, fundada
en 1675, y en la que se formó
el fundador del cuerpo de ingenieros
(17 de abril de 1711), el teniente
general Jorge Próspero de Verboom,
quien crearía la Academia de
Matemáticas de Barcelona en 1720.
Posteriormente se fundarían las de
Zamora y Cádiz, en 1774.
Todas ellas se extinguieron en 1803,
al abrirse la Academia de Alcalá de
Henares, donde también se instala el
recién creado Real Regimiento de Zapadores
Minadores, y que se cerraría
en 1823, con el retorno al absolutismo
de Fernando VII. La Academia
fue itinerante hasta que se instaló en
Guadalajara en 1833 y permaneció
abierta hasta 1931, momento en que
se fusiona con la de Artillería en Segovia,
hasta 1936.
Tras la Guerra Civil, el 1 de febrero
de 1940 abre sus puertas la ACING en
el convento de la Merced de Burgos
y se traslada en 1954 a la «Academia
Nueva» (acuartelamiento Diego Porcelos
—Diego Rodríguez «Porcelos»,
conde de Castilla, fundó la ciudad de
Burgos en el año 884—).
Esta introducción sirve para ilustrar el
referido carácter de continuo cambio
y para centrar la relación de Burgos
con los ingenieros y con el autor, que
conoció la ACING durante el curso
1984/1985, año previo al traslado a su
sede actual en Hoyo de Manzanares.
Es de justicia hacer mención expresa
del importantísimo papel que el entonces
capitán don Antonio González
García (fallecido recientemente) tuvo
en la conformación del espíritu de las
transmisiones en las promociones
de oficiales que fueron sus alumnos
en Burgos y en Hoyo de Manzanares,
por su preparación y ejemplo, como
verdadero exponente de las características
del «espíritu de las Transmisiones
», y que, entre otras, destacan
la búsqueda de la mejor aplicación
del conocimiento y de los medios al
entorno operativo, el rigor científico y
la continua actualización de conocimientos,
según «el estado del arte»,
el sentido práctico de las soluciones
a los problemas operativos, la flexibilidad
orientada a la misión, el espíritu
de servicio, la camaradería, la iniciativa
(no esperar a que lleguen materiales
o soluciones) y la preocupación
por el subordinado (elemento más
importante, sin el que los materiales,
hasta ahora, no funcionan).
El Regimiento de Transmisiones 1 se
crea en Burgos a partir del Batallón
de Transmisiones del Regimiento de
Ingenieros 5, como parte del núcleo
de tropas de la División Mecanizada
Brunete 1, en junio de 1996. El Regimiento
de Ingenieros 5 había sido
creado en Burgos el 6 de septiembre
de 1986, heredero del Regimiento de
Zapadores 6 (con guarnición en San
Sebastián), como parte del núcleo de
tropas de la División de Montaña Navarra
5.
En 2016 se incorpora al Regimiento
de Transmisiones 1 el Batallón del
Regimiento de Transmisiones 2, que
apoyaba a fuerzas ligeras, disuelta
la estructura regimental al acabar el
año 2015.
Así, pues, desde el final de la Guerra
Civil, Burgos se convirtió en un importante
centro para el arma de ingenieros,
constituyendo un polo de
atracción dentro de Castilla y León,
Cantabria y País Vasco, y por sus actividades
dio lugar a un estrecho contacto
entre la ciudad y las poblaciones
del área y los ingenieros.
Los ejercicios, maniobras, marchas,
actos institucionales y culturales,
campañas de captación, colaboraciones
de enseñanza, etc., fueron y continúan
siendo ocasiones en las que se
refuerzan los lazos entre la población
civil y sus ingenieros militares. Su variedad,
como la de cualquier unidad
militar, recorre el espectro de posibi-
Carrera de cohesión en Matagrande lidades, desde la tradicional subida al