63
la posición y toman el camino del blocao,
adonde llegan ya atardecido y lo
encuentran totalmente cercado por el
enemigo, que se ha apercibido de su
presencia y los hostiga con furia. Armado
el cuchillo-bayoneta, se abren
paso hasta las alambradas, donde
caen dos legionarios heridos de gravedad,
que son inmediatamente recogidos
e introducidos en el blocao,
donde al fin consiguen penetrar los
legionarios. De inmediato se presenta
Terrero al teniente jefe, al que encuentra
gravemente herido y que le agradece
mucho su ayuda haciéndole ver
lo difícil y angustioso de la situación.
Ocupan los legionarios sus puestos
en las aspilleras, junto al de los pocos
soldados de la Brigada Disciplinaria
que aún quedaban ilesos, y nada más
cerrar la noche arrecia el enemigo la
intensidad del fuego, no solo ya de fusil,
sino también de cañón, recibiendo
sobre las 21:00 horas el teniente
Fernández Ferrer un segundo balazo
que le privó de la vida. Así murió por
España este jovencísimo oficial de
infantería, rindiendo culto a los inmortales
valores que le inculcaron en las
aulas del imperial Alcázar toledano4.
De conformidad con lo dispuesto en
el reglamento de campaña y en el orden
de sucesión en el mando, muerto
el teniente se erige en jefe del destacamento
el suboficial5 don Aquilino
Cadarso Yuste, segundo jefe de la
sección, quien, herido en la cara, sigue
en su puesto dirigiendo el fuego y
animando con su ejemplo a los ya muy
diezmados defensores hasta que un
nuevo cañonazo, sobre las 23:00 horas,
derriba un ángulo del blocao y
causa la muerte del suboficial Cadarso
y la de algunos soldados y legionarios.
Queda entonces al mando de
la reducida guarnición el cabo Sergio
Vergara, también del Disciplinario, y
también herido desde la tarde anterior,
que se mantiene en su puesto con
notable entereza hasta poco más de la
medianoche, cuando un nuevo balazo
lo derriba en tierra sin vida.
Fallecidos todos sus superiores, queda
el blocao de Dar Hamed al mando
del legionario de primera Suceso Terrero
López, del Tercio de Extranjeros.