1910-1975
COLEGIO DE HUÉRFANOS
SANTA BARBARÁ Y SAN FERNANDO
La Asociación benéfica de Santa Bárbara de los Artilleros,
comenzó sus primeros pasos en 1891, con ella se pretendía
rememorar los principios de las primitivas cofradías, y
estaría compuesta por «señoras y señoritas emparentadas
con los Jefes y Oficiales del distinguido Cuerpo de Artillería
». De carácter religioso, su finalidad sería la realización
de obras caritativas en beneficio de las asociadas y sus familias,
así como proporcionar otros tipos de ayudas en casos
de dolencias o enfermedades. Es preciso señalar que
la asociación contó con la «protección» de la reina regente
María Cristina de Habsburgo-Lorena, como presidenta
de honor, y la infanta Isabel de Borbón. En este sentido,
es significativo el hecho de que la reina emérita D. ª Sofía
de Grecia ostenta este cargo de honor desde que fuera
nombrada princesa. Su primera presidenta en 1893 fue
Margarita Fesser de Azcárraga y el director espiritual de la
asociación, el párroco del mismo templo donde se celebró
el evento, en el cual se inició la tradición de imponer a las
112 / Revista Ejército n.º 965 • septiembre 2021
Alumnas del Colegio «Santa Bárbara - San Fernando» en Vitoria
nuevas asociadas una medalla de bronce pendiente de un
cordón rojo de seda con punto de oro.
El Ayuntamiento de Vitoria, en 1905, acordó arrendar por
tres años un edificio. Su compromiso incluía también la
realización de una serie de reformas, así como dotarlo de
agua corriente y luz eléctrica. En 1906 se instala el Colegio
y durante el tiempo que duran las obras, para no paralizar
en absoluto la formación de los huérfanos, el Ayuntamiento
envía a los niños al Colegio de los HH. Maristas y a las niñas
al de las Carmelitas. Además, el Ayuntamiento se comprometía
a garantizar la matrícula gratuita para los huérfanos
en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, y la realización
de prácticas en talleres y fábricas. El Colegio acogía a 25
huérfanos, de ellos, ocho estudiaban primera enseñanza
en las propias aulas del colegio, nueve huérfanos estudiaban
segunda enseñanza en el Instituto de Vitoria y los ocho
restantes se preparaban para la carrera militar. También se