CONSIDERACIONES SOBRE
LA ADOPCIÓN DE ESTA NUEVA
TECNOLOGÍA
No es fácil predecir el impacto que estas
nuevas tecnologías tendrán en la
forma de operar de la fuerza terrestre,
como tampoco lo fue para los expertos
militares de principios del siglo xx
determinar el impacto revolucionario
y disruptivo que la revolución industrial
trajo a los ejércitos del momento.
Como entonces, las opiniones de
los expertos basculan entre dos extremos:
aquellos que aventuran una
profunda revolución militar que nos
meterá de lleno en las guerras de la
tercera generación o guerras de la información,
y aquellos otros, mucho
más escépticos, que ven en todos estos
proyectos de la inteligencia artificial
tantos problemas de seguridad
como para hacer inviable su aplicación
al terreno militar.
Para empezar, podemos afirmar que,
por su condición de tecnología dual,
y mientras no se produzca un conflicto
armado con intervención de
las potencias líderes en su desarrollo,
muy probablemente, las investigaciones
16 / Revista Ejército n.º 965 • septiembre 2021
en los diferentes proyectos
avancen con mayor velocidad dentro
de las grandes compañías comerciales,
con posterior transferencia de
tecnología al campo militar en función
de su utilidad.
Esta realidad ya es un cambio de paradigma
importante con lo acontecido
durante todo el siglo xx, donde
prácticamente toda la tecnología que
podría afectar a defensa era desarrollada
mediante programas gubernamentales
y posteriormente se extendía
al campo civil. Este cambio de
paradigma puede afectar en gran manera
al desarrollo de los proyectos en
curso, si los cauces de transferencia
de tecnología entre ambas instancias
no están suficientemente pautados
con una colaboración leal.
No obstante, la inteligencia artificial
está considerada como una tecnología
estratégica por los tres países
que se disputan su supremacía, por lo
que, especialmente para los americanos,
bien podría convertirse en causa
Helicópteros de última generación
de grandes problemas para su seguridad
y hegemonía militar, si no toma
el liderazgo en el desarrollo de los programas
en curso, a sabiendas de que
tanto China como Rusia podrían aprovecharse
de dicha debilidad.
Todo esto nos permite afirmar que las
aplicaciones de la inteligencia artificial
en el mundo militar evolucionarán
al compás de los grandes proyectos
comerciales y que la dimensión de su
impacto, a falta de grandes conflictos,
estará condicionado por la oportunidad
y utilidad de su empleo en el escenario
operacional.
Como toda tecnología emergente,
necesitará su tiempo para imponerse
en el escenario operacional, pero,
una vez impuesta, tiene todas las condiciones
para convertirse en una tecnología
disruptiva de la forma de operar
de los ejércitos. En concreto, para
las fuerzas terrestres supondrá una
mejora considerable en la toma de
decisiones, con decisiones más rápidas
y ponderadas, y donde el combatiente
se verá desplazado, en gran
medida, de la zona de combate por