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La sargento 1.º doña Aída Martínez
Azorín nos relata su experiencia en
Afganistán y Mali como operadora de
transmisiones tácticas y reconoce la
importancia de la formación técnica
recibida en el Regimiento de Trasmisiones
1:
«En mayo del año 2011 vi cómo mi
sueño de participar en una misión
internacional iba cogiendo forma y
empecé la preparación específica
para formar parte del Signal Support
Group del ISAF HQ Kabul en Afganistán.
El 18 de enero del año 2012 llegué
a Kabul para iniciar mi misión.
Fueron seis meses y medio en los
cuales trabajé en una sección integrada
mayoritariamente por militares
del ejército estadounidense. Las
misiones que efectuábamos fuera de
la base eran de establecimiento de
comunicaciones satélite temporales
por los diferentes emplazamientos
de ISAF, como Mazar-i Sharif,
Bagram, Jalalabad… Durante estas
misiones pude comprobar que la preparación
técnica recibida durante los
tres años que llevaba destinada en el
Regimiento de Transmisiones 1 no tiene
nada que envidiar a ningún ejército
miembro de la OTAN, ya que se nos
prepara a conciencia para desarrollar
nuestra misión. Durante el tiempo que
estuve en Kabul pude trabajar con terminales
satélite diferentes a los utilizados
en España. Aunque el diagrama
de bloques de estas estaciones, y por
lo tanto el funcionamiento base, es el
mismo, pude adquirir mayores conocimientos
técnicos debido a las pequeñas
diferencias entre ellos.
«Tras siete años deseando volver a
zona de operaciones, en abril de 2019
el Regimiento confió en mí para desplegar
en Mali desarrollando las tareas
propias de un jefe de Centro
de Transmisiones. Tras llevar diez
años destinada en el Regimiento, la
formación técnica ya no era un problema,
ya que durante todos esos años
he participado en diferentes cursos
de redes, satélite, radio, voip…, y por
ello he podido completar mi formación
siempre orientada a realizar mi
trabajo en zona de operaciones y no
tener ningún problema en cumplir la
misión encomendada».
Por su parte, el cabo 1.º don Ricardo
Robles Amo, tras estar en la misión
de la OTAN FPV de Letonia, en 2019,
comparte su experiencia, en la que
descubre el enriquecimiento que supone
compartir trabajo y tiempo libre
con compañeros de otros ejércitos.
«Los días daban lugar a experiencias
muy diferentes, de grandes emociones
y de nerviosismo por las nuevas
funciones y el trabajo que había que
realizar, interactuando con miembros
de otros países y sus correspondientes
costumbres y hábitos de trabajo,
las cuales, a pesar de ser diferentes
a las nuestras (como los horarios), no
fueron un problema gracias a la buena
relación que se produjo, lo que hizo el
trabajo mucho más fácil y agradable
durante la misión».
«Las buenas relaciones se extendieron
durante toda la misión y descubrimos
con enorme satisfacción que
las formas de trabajo son bastante
parecidas, y creo personalmente que
las transmisiones españolas están a
la altura del resto de miembros de la
Alianza, siendo la misión principal la
explotación y mantenimiento de los
medios CIS de la base».
«La realización de actividades colectivas
con miembros de diferentes países
era frecuente e instructiva, con
actividades deportivas conjuntas
como yincanas y carreras populares a
pesar del frío, con temperaturas que
fácilmente llegaban a los -7° frecuentemente.
También quiero resaltar la
importancia de los idiomas, donde las
misiones internacionales son el mejor
exponente».
«A pesar temperaturas bajo cero normalmente
y algunas nevadas, la misión
fue una experiencia muy educativa
e instructiva en lo referente al
trabajo, realizando programación de
equipos CIS y tendido de diferentes
de líneas».■
Pruebas de enlace en Letonia