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la Escuela de Automovilismo llegó a
jugar el Campeonato de España en
la temporada 1963-64 y se proclamó
primer campeón de España en la categoría
juvenil al derrotar al Club Natación
Montjuic en la final de 1962.
Dos años más tarde repitió triunfo
contra el Olímpico de Madrid y quedó
subcampeón en dos ocasiones más,
en 1963 y 1966, año este último en el
que perdió contra el mismo equipo, el
Salvador Valladolid, la primera final de
la categoría de cadetes.
A pesar de estos importantes logros
deportivos, el crecimiento de la nómina
de clubes de rugby en España y
las mismas vicisitudes del Ejército en
un tiempo de cambio influyeron para
que la participación militar en competiciones
oficiales a alto nivel disminuyera
a partir de la década de los
setenta. Ello no fue óbice para que
el equipo de la Academia General
Militar de Zaragoza, bajo el nombre
de C.D. Armas, estuviera activo desde
1973 hasta 1990 y se proclamara
campeón de la liga aragonesa hasta
cuatro veces, en las temporadas
1976-1977, 1978-1979, 1979-1980
y 1980-1981, renunciando a jugar en
categoría nacional.
EL RENACER DEL RUGBY
MILITAR EN ESPAÑA
Al tiempo que se producía una gran
transformación en el deporte del rugby
con la celebración de su primera
Copa del Mundo (1987), la profesionalización
de los jugadores (1995)
y su inclusión, en la modalidad de
rugby 7, en los Juegos Olímpicos de
Río de Janeiro (2016), el Ejército español
no podía dejar en el olvido tan
larga y brillante tradición rugbística.
Haciendo frente a no pocas dificultades,
algunos entusiastas del rugby
empezaron a plantearse la manera
de recuperar en nuestras unidades
un deporte que promueve valores
tan en sintonía con los propiamente
militares, como son la integridad, la
camaradería, el trabajo en equipo y
el espíritu de sacrificio.
Al no tratarse el rugby de una disciplina
contemplada por el Consejo
Internacional del Deporte Militar
(CISM), que en cambio incluye
el fútbol, el baloncesto o el voleibol
entre sus especialidades, esta cuando
menos curiosa consideración ha
constituido, sin duda, un gran impedimento
para su práctica deportiva
en el ámbito militar. Pero el esfuerzo
y la constancia de muchos condujeron
al renacer del rugby militar gracias
a un primer torneo celebrado en
la Academia General Militar de Zaragoza
(2013), en el que tomaron parte
cuatro unidades y donde acabó imponiéndose
el equipo local.
Al año siguiente (2014), y con el objeto
de difundir entre los miembros de
las Fuerzas Armadas la práctica del
rugby, la Junta Central de Educación
Física del Ejército de Tierra organizó
en Madrid el primer campeonato militar,
disputado en las instalaciones
cedidas por la Federación Española
de Rugby. Tomaron parte cinco equipos
masculinos que jugaron en la
modalidad de rugby 15 y, por primera
vez, otros tres equipos femeninos
que jugaron a rugby 7 (circunstancia
que se ha venido repitiendo en las
sucesivas competiciones), y resultó
vencedor el equipo de la Brigada
Almogávares VI de Paracaidistas en
la categoría masculina y la Academia
General Militar en la femenina, hegemonía
esta que se mantiene hasta la
fecha.
Disputa por un saque de banda junto a la línea de touch