TEMAS PROFESIONALES
— Nuestras fuerzas navales no contarían con cobertura aérea propia,
salvo cuando operasen cerca del territorio nacional y pudiese proporcionársela
el Ejército del Aire.
— Para nuestros buques anfibios y nuestras fuerzas de Infantería de Marina
sería muy difícil, si no imposible, efectuar una operación puramente
nacional de evacuación de no combatientes, por la falta del imprescindible
apoyo aéreo en la zona de operaciones. Solo quedaría la
opción de su empleo como parte de una fuerza multinacional, con el
apoyo de aviones embarcados de otras naciones.
— Nunca podríamos liderar una operación multinacional que requiera la
actuación de un grupo de combate y nuestra participación se limitaría
a la aportación de buques de escolta, logísticos o submarinos, para
acompañar a portaviones o buques LHD de otras naciones.
— En caso de conflicto se reducirían las capacidades de defensa aérea de
la fuerza naval y de ataque a fuerzas navales oponentes; no nos podríamos
arriesgar a realizar operaciones anfibias sin aviones que
garanticen la defensa aérea y que proporcionen apoyo aéreo cercano a
las fuerzas de desembarco; se perdería la capacidad de alcanzar objeti-
Dos Harrier maniobrando en formación tras un ejercicio de adiestramiento con un equipo
JTAC. La aviación de combate embarcada es fundamental para proporcionar apoyo aéreo
cercano en las operaciones anfibias. (Foto: Luis Díaz-Bedia Astor).
536 Octubre