TEMAS GENERALES
servicios de practicaje que utilizaban. El nombre provenía de que esa era la
proporción (un sexto) de la tasa pagada por el armador que le quedaba al prác-tico.
Durante los primeros cincuenta años de existencia vivió sin críticas, pero
ya a mediados del siglo XIX, en Canarias, las navieras inglesas empezaron a
quejarse de los altos costes portuarios que debían asumir por hacer escalas en
sus puertos. Posteriormente, esta tasa se empezó a ingresar en el Tesoro Públi-co
y se utilizaba para otras finalidades, tales como costear las enseñanzas
náuticas, mantener los semáforos de la Marina, asignar donaciones a la
Mutualidad Benéfica de los Prácticos y a otros fondos del Montepío Marítimo
y, finalmente, para adquirir balleneras para la Matrícula de Mar, que era una
lista en la que se inscribían voluntarios que buscaban salir de la marginación y
encontrar una forma de ganarse la vida.
A principios del siglo XX, se realizaron reformas y se agruparon todas las
cantidades obtenidas en cada puerto en un solo fondo, denominado Fondo
Económico de Practicajes,
desde el que se destinaban
partidas fijas y regladas a cada
capitán de puerto. En aquella
época, el comandante militar
de Marina era la máxima auto-ridad
del puerto y de quien
dependía el práctico. La crea-ción
del fondo conllevó una
reducción de los ingresos para
muchos puertos, dando lugar a
un conato de rebelión. Poste-riormente,
el tema fiscal entró
en juego, llevándose a cabo
una inspección, ya que se
consideraba que el pago de la
tasa, aunque era una gratifica-ción
que se le entregaba
voluntariamente al capitán de
puerto, debía generar el pago
de impuestos. Finalmente, la
actual Ley 27/92 dejó sin
vigor el «sexto de practicaje».
Requisitos para poder ser
práctico
Los prácticos civiles son
capitanes de la Marina Mer-
Práctico civil desembarcando del buque escuela Juan
Sebastián de Elcano.
(Foto facilitada por Pelayo Infante).
210 Marzo