La repercusión a nivel nacional fue inmediata, publicándose que (24) «... al
general Beránger ministro de Marina le ha contrariado mucho el que no se
botara ayer en Cádiz el Princesa de Asturias, tanto más cuanto el ministro
había dado de antemano instrucciones convenientes para que se corrigiesen
los defectos de la grada que sostiene el buque».
En cuanto a las razones que se daban, además del fallo en la grada, una era
la mala calidad del sebo empleado (25).
Se iniciaron los trabajos para solucionar las posibles causas y se fijaron
como nuevas fechas el 23 de septiembre o el 8 de octubre, en que habría
mayores mareas.
Es curioso lo que relató (26) El Imparcial como «detalle simbólico»:
«Al picar las retenidas del buque y al comenzar éste a deslizarse por la
grada, el capitán general gritó “¡Viva el rey! ¡Viva la reina! ¡Viva Espa-ña!”.
El barco seguía deslizándose majestuosamente. El capitán general
continuó gritando: “¡Viva el ministro de Marina!”. Entonces fue cuando se
detuvo el barco».
La Armada envió a San Fernando al ingeniero jefe naval Bona (27) para
llevar la dirección de los trabajos, que —después fue sabido— era partidario
de volver a calcular toda la zapata (28) y demás elementos para la botadura,
pero no consiguió convencer al resto de autoridades, que se inclinaban por
poner a flote cuanto antes el buque.
Nuevas tentativas de botadura: 8 y 9 octubre de 1896
La prensa publicaba que se había puesto «el mayor cuidado en ocultar el
día en que se procedería al segundo intento de botadura del Princesa de
Asturias» (29), al tiempo que reflejaba todo el trabajo efectuado en colocar la
grada en las mejores condiciones con objeto de evitar un mal resultado. No
obstante, la noticia circuló con rapidez e «hizo que acudiera al Arsenal una
inmensa muchedumbre, ávida de presenciar la operación».
TEMAS GENERALES
(24) El Siglo Futuro. Madrid, jueves 10 de septiembre de 1896, p. 2.
(25) La Iberia. Madrid, jueves 10 de septiembre de 1896, portada: «Dícese también que la
causa de éste puede ser debida a la mala calidad del sebo empleado, pues el deslizamiento del
crucero fue lento, facilitando la creación del obstáculo. De ser éste bueno, el deslizamiento se
hubiera efectuado con rapidez».
(26) El Imparcial. Madrid, domingo 13 de septiembre de 1896, p. 3.
(27) La Dinastía. Barcelona, lunes 14 de septiembre de 1896, p. 2: Casimiro Bona y García
de Tejada, inspector general del Cuerpo de Ingenieros. Nació el 4 de marzo de 1829, ingresó en
el Cuerpo el 21 de enero de 1850 y estuvo en ese destino desde el 4 de enero de 1893.
(28) La Correspondencia de España. Madrid, lunes 19 octubre de 1896, portada.
(29) El País. Madrid, viernes 9 de octubre de 1896, p. 2.
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