viento en cinco minutos pasó
de cero a sesenta nudos, y el
susto para el buque de pasaje
Aurora, sin remolcadores, fue
mayúsculo. Aún se le ponen
los pelos de punta al recordar-lo,
pues cree que fue un verda-dero
milagro que no pasara
nada.
El ferrolano Juan Cupeiro
empezó su carrera como prác-tico
en 2004, ocupando plaza
en el puerto de Almería hasta
el año 2013, en que obtuvo
otra plaza en el de Cartagena.
Juan rememora un día del año
2017 en el que estando de
guardia apareció un tornado
en el puerto, con vientos supe-riores
a los cien kilómetros
por hora, que rompió todas las
estachas de un gran buque
plataforma que estaba allí
atracado, quedando a la deri-va.
Por suerte llegó a tiempo
para remolcarlo y pudo evitar
que colisionara con otros
próximos a la zona.
TEMAS GENERALES
Pelayo Infante en la lancha.
(Foto facilitada por Pelayo Infante).
El jerezano David López Armario es práctico de Algeciras desde 2015 y
tiene una manera muy original de recordar sus anécdotas, que define como
«sustos». Considera que cada anécdota conlleva una situación de peligro.
De entre todas ellas, destaca la que ocurrió una tarde en la que le tocaba
embarcar en un portacontenedores de mediano porte para hacer un cambio
de atraque. Para una maniobra de ese tipo, lo normal es usar dos remolcado-res;
así que, hasta ahí, todo parecía normal. Una vez en el puente, realizó
con la capitán, de nacionalidad china, el intercambio de información habi-tual
(MPX) previo a la maniobra: calado del buque, si funcionaba la hélice
de proa, si el reviro sería a babor o a estribor, el tiro que aguantaban las
bitas para no excederse con los remolcadores, etcétera. En ese momento, la
capitán debía informar al práctico sobre cualquier deficiencia que tuviera el
buque, pero en aquel caso no comunicó ningún problema, así que se inició
la maniobra con normalidad. Se separó el barco del muelle con los remolca-dores
y, cuando lo estaban revirando y la popa estaba pasando cerca del
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