Alberto Cairo en el centro de rehabilitación de Kabul. Fuente: International Committee of the Red Cross
(CC BY-NC-ND/ICRC/Shuangfeng Zhang)
El libro trata de mostrarnos la realidad de un
país que lleva en guerra desde 1978. Un país con
diferentes culturas que han llevado a numerosos
confl ictos internos pero con una cosa en común,
característica que se repetirá a lo largo del libro:
se trata de gente con un gran espíritu luchador
incansable e invencible. A esta descripción de
la población afgana hacen referencias otros autores
y se pueden apreciar en libros como “Y las
montañas hablaron” (Khaled Hosseini, 2013), en
el que se relatan los destinos de varias generaciones
y permite conocer más en profundidad el
contexto del país desde el otoño de 1952 hasta
el cercano 2010. Sin lugar a duda, una lectura
recomendada que permite al lector entender y
empatizar con los distintos personajes.
El apartado de desarrollo de la reseña se iniciará
con una breve explicación del contexto en
el que trabaja Alberto Cairo y la Cruz Roja, en un
país que lleva en guerra desde hace demasiado
tiempo. Seguidamente se procederá a explicar
las principales ideas que nos quiere transmitir el
autor, apoyándose en los diferentes testimonios y
con artículos relacionados.
Trabajo o forma de vida
Antes de comenzar con el análisis de las diferentes
ideas, argumentos y objetivos del autor
hay que situar el contexto histórico. Pampliega
viajó en 2018 a Afganistán para entrevistarse con
Alberto Cairo, fi sioterapeuta y voluntario italiano
que había llegado en 1990 al país, donde ha
abierto varios centros ortopédicos para ayudar
a los afectados por las minas antipersona, accidentes
o niños con diferentes enfermedades,
como la polio o la parálisis cerebral. Los centros
ortopédicos están distribuidos a lo largo del país,
intentando llegar al máximo número de población
posible, y con el objetivo de que la gente
vuelva a ser capaz de ser autosufi ciente en un
país que los margina. La ayuda es totalmente
gratuita, y el objetivo que buscan los voluntarios
de la Cruz Roja va más allá de fabricar prótesis.
Su principal objetivo es proporcionar esperanza.
Esperanza en un país que lleva cuatro décadas
de guerra ininterrumpida: contra los soviéticos,
entre los muyahidines, con los talibanes, y en la
actualidad, a estos últimos se le suman los atentados
del Dáesh. Esta situación ha llevado a que
los mutilados y personas con movilidad limitada
no sean una prioridad para el gobierno actual. La
Cruz Roja y otras organizaciones de ayuda humanitaria
son las únicas que se preocupan para que
esta gente tenga alguna otra posibilidad que no
sea la mendicidad. Su función no es únicamente
la de permitirles volver a andar. Su objetivo es que
sean capaces de encontrar un trabajo digno con
el que tener una vida normal. Como muestra de
ello, actualmente en los centros ortopédicos de
la Cruz Roja trabajan muchos antiguos pacientes
dando un ejemplo de esperanza y motivación a
los pacientes en rehabilitación, que normalmente
llegan con una actitud pesimista.
Además, este país tiene otros problemas que
el autor trata de abordar a partir de diferentes
testimonios: la situación de la mujer en una sociedad
que mayoritariamente las discrimina, la
postergación sistemática de ciertas etnias, la
problemática de las drogas en una población sin
oportunidades laborales y con un fácil acceso a
su consumo, y las consecuencias de las continuas
guerras. Al tratarse de testimonios, el problema se
18 Armas y Cuerpos Nº 144 ISSN 2445-0359