Y ya han pasado treinta años
El 26 de septiembre de 2018 se cumplieron
treinta años del acceso de las primeras mujeres a
las FAS. En este momento la presencia de la mujer
es una realidad consolidada y trabajar con ellas
se ha convertido en algo habitual, habiéndose
acumulado mucha experiencia. La teniente coronel
Mª Gracia Cañadas García-Baquedano,
que fue la primera mujer que mandó una unidad
tipo batallón, escribió dos artículos en la revista
Ejército desarrollando la evolución de la mujer en
las FAS con apartados, como: “Normalidad versus
interés público”, “La igualdad”, “Acceso a destinos”,
“La conciliación”, “El adiestramiento físico”
o “Delitos contra la libertad sexual”. Refi ere, que
los problemas no son especialmente graves y que
con el tiempo han ido disminuyendo, “pero están
ahí, entorpecen el desarrollo de los cometidos de
aquellas que se ven afectadas y, en consecuencia,
de sus unidades, obstaculizan las posibilidades
de desarrollo profesional de muchas, disminuyendo
la moral de otras tantas”2.
Comenta, que en los inicios hubo una auténtica
fi ebre por exhibir a las mujeres, a las que nadie
les preguntó si estaban de acuerdo con aquella
situación, con un exceso de ruedas de prensa y
entrevistas, siendo muchas veces las propias FAS
las que publicaron los hitos relevantes de las mujeres,
en actividades que no eran especialmente
meritorias “sino que simplemente no habían
sido realizadas antes por mujeres”, es decir, que
la mujer en las FAS sigue estando sometida a la
observación constante y que “sus aciertos y sus
errores se difunden más que los de sus compañeros
y se valoran con escalas diferentes a las aplicadas
a los demás”. También hace referencia al
uso de la falda, llegando a la conclusión de que
la obligatoriedad en su uso, no tenía otra justifi -
cación que aumentar la visibilidad de la mujer,
diferenciándola de sus compañeros. En lo relativo
a la conciliación familiar, la profesión militar
implica guardias, servicios, ejercicios tácticos o
despliegues en el exterior y se exige a los militares
estar preparados para estas contingencias,
pero los constantes cambios en el Ejército hacen
muy difícil la organización de la vida personal y
profesional, problemas que se deberían de haber
resuelto ya, aunque la incorporación de la mujer
al Ejército ha favorecido una serie de medidas de
apoyo a la conciliación familiar no solo para el
disfrute de las mujeres sino de todos los militares.
Y concluye comentando que los resultados de
la incorporación de la mujer a las FAS son muy
favorables tanto para la mujer como para la institución
y que el factor más importante que ha tenido
es el moral, por encima de los factores legales,
normativos, políticos, sociales u organizativos,
permitiendo que las mujeres en las FAS desarrollen
su trabajo gracias al apoyo que han recibido
de la mayoría de sus compañeros.
Las primeras mujeres que ingresaron en el Ejército fueron las Damas de Sanidad Militar, Cuerpo creado en 1941.
Damas de Sanidad en el Ejercicio Cierzo 1987. Foto Nines Puertas
38 Armas y Cuerpos Nº 144 ISSN 2445-0359