Lo recogido en este código de conducta se
encuentra fuertemente ligado con el estado
psicológico del sujeto sobre todo lo relativo a
la preparación y el esfuerzo. Esta premisa pone
de manifi esto que, las capacidades personales
que debe poseer cada militar para procurar el
adecuado desarrollo de sus cometidos van a infl
uir de manera directa en la predisposición y el
afrontamiento de las situaciones. Por esta razón,
la preparación psicológica para un despliegue
en operaciones militares es una cuestión fundamental
que ha de ser abordada en aras del cumplimiento
de la misión.
El modelo de preparación debe abordar diferentes
capacidades y habilidades que otorguen
al personal la idoneidad para adaptarse
a cualquier tipo de circunstancia o vicisitud que
pueda sobrevenir en zona de operaciones. Además
de ello, se ha de tener en cuenta que cada
fase de la operación −preparación, ejecución
y repliegue− se ve condicionada por diferentes
peculiaridades y demandas psicológicas que el
individuo tiene que gestionar; algunas de ellas
con una elevada carga emocional, por lo que el
ajuste psicológico de los individuos es algo que se
ha de potenciar desde las actuaciones iniciales
hasta el repliegue a territorio nacional.
Objetivos de la preparación
psicológica
El nivel óptimo de preparación psicológica de
un militar se obtiene cuando el sujeto se encuentra
con la sufi ciente predisposición mental para
afrontar cualquier reto que acontezca durante el
despliegue y, además, posee la resistencia mental
sufi ciente para tolerar y adaptarse a cualquier
circunstancia, consiguiendo así el cumplimiento
de sus cometidos. De esta forma, se pueden establecer
como objetivos de la preparación psicológica
los siguientes: conseguir que el contingente
se encuentre preparado psicológicamente para
afrontar la misión; lograr el ajuste psicológico de
cada militar una vez llegado a zona de operaciones;
potenciar el bienestar psicológico durante la
duración del despliegue y prevenir la aparición
de trastornos psicológicos; y, favorecer la adaptación
psicológica del personal al regresar a territorio
nacional.
Esto es aplicable a cualquier sujeto que forme
parte de un contingente, sin embargo, hay que
destacar que, cuando se trate de aquéllos que
van a ejercer funciones de mando, las exigencias
de un despliegue aumentan. El buen líder, además
de preservar su propio bienestar psicológico,
ha de fomentar el de todos y cada uno de sus subordinados
y conseguir que la misión cobre sentido
en el día a día, esforzándose siempre por potenciar
la cohesión de su unidad, la identifi cación
grupal y el orgullo de pertenencia. El desarrollo
de una conducta orientada a valores y la importancia
del signifi cado psicológico con el que los
subordinados doten a la misión, son aspectos de
crucial importancia en el desempeño profesional
que pueden ser mediatizados por el superior jerárquico
en tanto en cuanto su fi gura es percibida
como fuente de inspiración y ejemplo.
80 Armas y Cuerpos Nº 144 ISSN 2445-0359