Prácticas de TCCC en España.
ción, en la acción en el objetivo, en la exfi ltración,
etc; sabrá actuar, como el resto, en una reacción
armada ante emboscada sobre vehículo o a pie;
y cumplir el cometido que le pudiera corresponder
en un subgrupo de cobertura, de protección,
de acción principal, etc; pero será el máximo responsable
y quien tome las riendas, proponiendo
soluciones a su Jefe de Equipo si hay alguna baja,
si hay que solicitar una evacuación sanitaria, redactar
el “9 líneas” (informe de evacuación aérea
de un herido), etc.
Será el responsable de planear los aspectos
sanitarios de cada misión. En el caso del paramédico,
cuenta con el apoyo de los facultativos de
la unidad en la base operativa donde se encuentre
la UOE para que le guíen y asesoren, ya que
estos serán los que habrán tenido que llevar a
cabo la inteligencia sanitaria y conocerán los aspectos
particulares de la misión que tendrá que
tener en cuenta el paramédico.
Escenarios de actuación cercanos
El personal de OE que se está desplegando
actualmente en operaciones, sobre todo en
Afganistán e Irak, está llevando a cabo misiones
que implican planeamiento, coordinación y
acompañamiento a fuerzas de combate apoyadas
(partnerizadas según la terminología aliada).
Incluso en escenarios más o menos estabilizados,
las estructuras de OE siguen llevando a cabo
misiones de reconocimiento especial y acción
directa (superpuestas a las de asistencia militar)
que implican la posibilidad real de empleo “doctrinal”
de todas sus capacidades, incluida la de
paramédico.
Doctrinalmente, la Asistencia Militar, como
uno de los tres cometidos principales de las UOE
puede, como el resto de cometidos, ser llevada
a cabo de forma abierta o encubierta. Es, entre
otras, una de las grandes diferencias respecto a
la Security Force Assistance (SFA) que puede ser
llevada a cabo por unidades convencionales,
además de por UOE.
Igual que nuestras unidades convencionales
no se han visto envueltas (y su posibilidad es remota)
en un confl icto de alta intensidad (pero
tenemos organizada nuestra asistencia sanitaria
para ese caso), nuestras UOE tampoco se han visto
en el caso de ser empleadas en lugares remotos,
pero sí de forma aislada y con posibilidad de
quedar totalmente desconectadas de sus bases
y de las rutas de evacuación. Este fue el caso de
la actuación de nuestras UOE desplegadas en la
década de los 90, en localidades altamente confl
ictivas, como: Gacko, Trevinje, Nevesinje, Stolac,
barrio bosnio de Mostar…
Por lo tanto, el tratamiento “convencional”
de la actuación sanitaria ante bajas por trauma
en combate no puede ser el mismo en las UOE
que en unidades convencionales, ignorando las
lecciones aprendidas sobre las diferencias en
la situación táctica en que se producen, la gravedad
del herido, el equipo disponible, la posibilidad
de evacuación sanitaria, la ausencia de
personal médico facultativo sobre el terreno, el
tiempo hasta esa evacuación, la misión, etc.
Los países cuyos operadores paramédicos
están a un buen nivel son aquellos que se están
jugando la vida en operaciones. Las UOE norteamericanas
están desplegadas permanente-
72 Armas y Cuerpos Nº 144 ISSN 2445-0359