por la Ciudad su alojamiento”. Los alumnos por su
parte (seguían dándose las materias al dictado),
tenían que ir a las clases provistos de sus “Quadernos
para escribir, y de Compás, Regla, y Lápiz,
para tomar con primor en borrador las fi guras de
la lección”. Los Académicos, podían ser, tanto
por el Director como por los Ayudantes, amonestados,
reprendidos, o arrestados, según el caso.
El plan de estudios era similar al, de la Ordenanza
de 1739, apareciendo como novedad, “el
modo de servirse de las reglas de Álgebra, … y así
mismo, de los elementos del cálculo integral, y diferencial”.
También resultaba similar todo lo referente
a exámenes, así como el sistema de ingreso
en el Cuerpo de Ingenieros para los que hubiesen
terminado con aprovechamiento el plan de estudios,
y así lo deseasen.
Respecto a las “Escuelas Particulares de Orán
y Ceuta”, se regulaba que habían de regirse en
todo, incluidas las materias y textos de estudio,
por lo prevenido para la Academia de Barcelona.
Los alumnos se escogían entre los ofi ciales y
cadetes de las guarniciones respectivas, y que
“tuviesen inclinación a las Matemáticas”. Éstos,
no quedaban dispensados de realizar los servicios
que les correspondiesen, por lo que, los estudios
duraban un año más. Estas Escuelas se suprimían
en 1789, trasladándose a Cádiz y Zamora respectivamente.
Desde su creación, con los citados planes de
estudios, la Academia de Matemáticas de Barcelona
impartía los estudios científi cos y técnicos
más avanzados de España, donde las universidades
carecían de cátedras de Matemáticas y
donde únicamente el Colegio de Guardias Marinas
de Cádiz y la Academia de Artillería de Segovia
en cuanto a los estudios náuticos y la química,
respectivamente, podían comparársele.
Este nivel científi co estaba respaldado, además,
por una magnífi ca biblioteca, con más de dos mil
volúmenes, de Matemáticas, Física, Mecánica,
Hidráulica, Filosofía Natural o Ciencias de la naturaleza,
Astronomía, Geografía y Náutica, Fortifi -
cación e Ingeniería Militar, Artillería, Arquitectura
Civil, Historia Militar, Arte de la Guerra y Ordenanzas.
A principios del Siglo XIX se acometía una importante
reforma en la enseñanza militar, que
afectaría al Cuerpo de Ingenieros. Después de la
muerte de Lucuze, en 1779, la Academia de Barcelona
había seguido con su antiguo plan de estudios,
un tanto anquilosado, hasta que se cierra
en 1803. Se iniciaba una nueva etapa en la enseñanza,
al inaugurarse la Academia Específi ca
de Ingenieros de Alcalá de Henares, dedicada
únicamente a la formación de los miembros del
Cuerpo, y en la que debían abordarse las nuevas
técnicas y avances en las Ciencias y en la Táctica,
logradas a lo largo del Siglo XVIII. Se suprimía
también la Academia de Cádiz, sobreviviendo la
de Zamora, que serviría como preparación para
el ingreso en la de Alcalá.
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56 Armas y Cuerpos Nº 144 ISSN 2445-0359