TEMAS PROFESIONALES
Habría que añadir a todo lo anterior los programas de construcción naval
plurinacionales (el proyecto NATO Replacement Frigate 90, la clase francoitaliana
Horizon, la fragata hispano-germano-holandesa F-100-F-124-F-802,
los buques anfibios y de aprovisionamiento hispano-holandeses, etc.) y con
ello dejar constancia de que los programas navales no solo vienen impulsados
por los cuidadosos cálculos de las marinas, sino que otros factores
también ejercen su influencia, muy en particular la industria de construcción
naval, que interviene en la elección de un determinado proyecto que prime
las capacidades en las que es fuerte, a menudo con la vista puesta en el
mercado exterior de Europa; o la tecnología disponible, que fuerza a alianzas
industriales transfronterizas que de otro modo tal vez serían indeseadas
(¡todos querríamos ser autosuficientes!), pero que siempre acaban resultando
convenientes.
Todo ello permite hacer parcial abstracción de la aparente olímpica
ignorancia mutua y considerar el conjunto. Veremos así qué piensa la UE
de su papel internacional en un retrato más fiel y verídico que el que se
extrae del simple análisis de las declaraciones políticas, que tienen un objeto
que no siempre es reflejar la verdad, a la manera de cómo podemos
evaluar los deseos y ambiciones de una persona por sus hechos mejor que
por sus dichos. Para ello hemos elaborado una tabla en la que presentamos
la composición de las principales marinas del mundo por su tamaño y capacidad
de despliegue global (Estados Unidos, China, India, Japón y Rusia) y
hemos añadido una columna en la que hemos puesto el total de unidades
que poseen las naciones europeas —con las del Reino Unido contabilizadas
separadamente por razones formales, pero sumadas en el análisis—, tratando
de reflejar la hipótesis (que a juzgar por declaraciones políticas del
Gobierno del Reino Unido parece razonable) de que si bien el Brexit ha
roto de manera irremediable casi todos los lazos económicos con la Unión
Europea, los de defensa y seguridad se mantendrán tan firmes como en el
pasado.
Pero para evaluar lo que los números significan, hay que hacer algo más
que agregarlos, lo que como mucho nos daría una idea de la fuerza total, y aun
eso es discutible. Hemos, pues, agrupado las unidades con arreglo a su misión
primaria: disuasión, proyección de poder, logística, control del mar y su negación.
Ello nos dará mejor una idea de cuáles son las preocupaciones y misiones
globales de las distintas marinas.
En la parte de proyección se ha incluido algo que suele ser olvidado por
los tratadistas navales, la Infantería de Marina. La cardinal diferencia entre
una fuerza que vive a bordo, desembarca para llevar a cabo una misión,
manteniendo el cordón umbilical logístico y operativo con los barcos a los que
pertenece, y reembarca una vez cumplida esta para reconstituir la capacidad
anfibia, comparada con una fuerza que es transportada al lugar de desembarco
con vocación de quedarse en tierra, pasa frecuentemente desapercibida para el
2020 1021