LAS INCURSIONES GALAICO LEONESAS A COMIENZOS DEL SIGLO X... 103
estimado y asegurarse la posibilidad de respuesta ante la previsible ayuda
que los sitiados solicitarían al poder llamémosle central o más probablemente,
a sus vecinos. Además, la composición de la hueste sería distinta
para una incursión, aunque esta fuera grande, o para un sitio, por breve que
este llegara a ser. Desde luego, en el siglo X, este sistema de aproximación
que prácticamente obligaba a la conservación de la plaza asediada, no era
práctica muy común, al contrario de lo que llegaría a ser en siglos posteriores.
Dada la disparidad real de fuerzas, la escasez de efectivos y la estacionalidad
de la guerra, si se conquistaba una fortaleza solía ser por asalto
o por abandono de sus defensores. Quedaba fuera de las posibilidades de
los cristianos norteños intentar poblar y mantener una ciudad aislada y
lejana, demasiado vulnerable ante una reacción del emirato.
Guerrero musulmán (detalle) en la Arqueta de Leire, Siglo X (Museo de Navarra).
Su equipamiento es similar al de los guerreros cristianos
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 103-142. ISSN: 0482-5748