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200 RAFAEL PALACIO RAMOS
En agosto de 1808, Liébana despertó al horror de la guerra cuando
su corregidor desde 1805, el abogado de los Reales Consejos Matías
Morales4, fue asesinado por un soldado francés al ir a entregar al comandante
de la avanzadilla napoleónica que se internó en el Valle su vara
(«un pequeño bastón») en señal de recibimiento y sumisión a las nuevas
autoridades5.
No es que la comarca desconociera la situación de general insurrección
que vivía la Península Ibérica, y más concretamente la provincia de
Santander, pues en junio la «Junta Suprema Cantábrica» presidida por el
obispo Menéndez de Luarca se refugió en Potes con los restos del «Armamento
Cántabro», en espera de que se le agregaran las restantes compañías
del Provincial de Laredo y otros dispersos antes de partir el mismo agosto
hacia Comillas tras el (momentáneo) repliegue galo6. Pero esa primera presencia
de tropas patriotas no tuvo por qué ser traumática, más allá de las
molestias que suponía alimentar y alojar a unos cientos de extraños. Todo
cambió radicalmente en los meses siguientes, pues Liébana pasó a ocupar
un lugar central en la resistencia española contra el invasor.
El propio general Mendizábal habló de dieciséis penetraciones napoleónicas
en Liébana; las mejor documentadas son cinco, junto a la ya
mencionada de agosto de 1808, las de abril de 18097, junio de 1810, mayo
de 1811 y la «acción de Potes» de agosto del mismo año8. Todas las ocupaciones
lo fueron por un periodo muy corto de tiempo, y no tanto por la
resistencia a ultranza de vecinos y militares: en 1809, como veremos, lo que
quedaba de la División Cántabra huyó a Asturias, y en 1811 ante la entrada
en Potes del general François Roguet, procedente de Palencia con 2.000
efectivos, el recién llegado Porlier tuvo que hacer lo mismo evacuando rápidamente
todo el material que estaba acopiando y dispersando sus tropas
por las alturas que circundan el valle9, imitando de este modo el proceder
de los lugareños:
«Cuando en nuestros pueblos se sabía que se acercaba alguna división
francesa, procurábase prontamente llevar a lo más alto y más escondido de
los bosques todo cuanto en las casas había que se pudiera trasportar; y abandonadas
las viviendas por todas las personas»10.
4 Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Sala de lo Criminal, caja 216, exp. 2.
5 Descripción del suceso por un testigo presencial en LÓPEZ GARCÍA, Dámaso: 2000,
p. 180.
6 PALACIO RAMOS, Rafael: 2018, p. 23.
7 SANTIAGO IGLESIAS, Raúl de: 2019, p. 213.
8 SANTIAGO IGLESIAS, Raúl de: 2019, p. 299.
9 GARCÍA FUERTES, Arsenio: 2017, p. 430.
10 LLORENTE FERNÁNDEZ, Ildefonso: 1882, p. 103.
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 200-230. ISSN: 0482-5748