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214 RAFAEL PALACIO RAMOS
tuvieron en cuenta sus «conocimientos militares y demás circunstancias»,
pues también era clérigo de Menores, licenciado y doctor en Cánones, bachiller
en Leyes y abogado de los Reales Consejos65.
Es de reseñar la fortificación realizada en «una porción de la aldea de
Mogrovejo» para «resguardar y colocar en ella los almacenes». Emplazada
en «una cuesta cubierta de arboleda al descenso de una cordillera primitiva,
y por consiguiente escarpadas, inaccesibles por su condición vertical»,
en julio de 1811 eran «unas obras de campaña sin figura alguna regular, y
consisten en un parapeto de fajina o de piedra en seco, según conviene a la
desigualdad del terreno, sobre un escarpe de dimensión indeterminada, y
con un camino cubierto»66.
La ubicación del hospital militar cambió varias veces. Primero estuvo
en Potes, pero con la invasión de mayo de 1811 se trasladó fugazmente a
Espinama «como lugar más seguro»; el miembro de la Junta Francisco Javier
de Villanueva (Comisario de Guerra de Marina y ministro de Hacienda
de las Fábricas de La Cavada) lo visitó a principios de junio por orden de la
Junta y atestiguó que los 127 ingresados se hallaban «nadando en asquerosas
inmundicias: sin ropas ni utensilios, y esperando la muerte por instantes
»; que los enfermos «morían más por falta de auxilios que por la gravedad
de sus dolencias»; que el edificio era inadecuado para hospital, por no tener
capacidad para más de cien camas y carecer de aguas próximas, y, desde
luego, de las dependencias y habitaciones necesarias67.
Esta descripción no dejaba en buen lugar al «director de los Hospitales
del 7º Ejército», el vecino de Santander Francisco del Hoyo68. Villanueva
propuso su traslado a alguno de los monasterios situados en el entorno de
Potes, donde los enfermos podrían ser atendidos por los religiosos, y a los
pocos días Porlier dispuso su paso (que sería definitivo) al de Santo Toribio,
para lo que el intendente mandó al corregidor lebaniego el apresto de los
carros necesarios para el traslado de hombres y efectos69. Al principio no
parece que la mudanza mejorara las cosas, pues una visita realizada un mes
después lo describía como «reducido al estado más lastimoso por falta de
recursos, aunque cada día se va mejorando algo».
En septiembre se dispuso que pasara a residir a Potes un oficial para
hacerse cargo de los soldados que recibieran el alta hospitalaria y asegurarse
su marcha a sus unidades respectivas70. La mortandad debía ser aún muy
65 Expediente en AGMS, 1ª, B-1457/0.
66 Informe de 28-7-1811. AHN, D-C, 130, 13.
67 SOLANA G. CAMINO, Marcial: 1975, p. 112.
68 AHN, D-C, 130, 13.
69 SOLANA G. CAMINO, Marcial: 1975, p. 113.
70 Cuartel General de Lebeña, 14-9-1811. AGMM, 6707.925 (DH, t. 99, h. 12).
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 214-230. ISSN: 0482-5748