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1870. LA ANEXIÓN DE ROMA POR EL EJÉRCITO ITALIANO 279
El teniente coronel iba a entrevistarse con el general Kanzler, como hemos
visto anteriormente, para pedirle entrar en la plaza sin resistencia. Esa misma
noche, para evitar una emboscada, el sargento Kersavieci, acompañado
del cabo Jesús Almela y diez zuavos más (entre los que se encontraban los
hermanos valencianos Barberá y los hermanos Genovés), hicieron un reconocimiento
de la zona hasta la falda del monte Mario104.
El viernes 16 por la mañana los encontramos en el convento de San
Agustín. Les habían concedido unas horas de descanso tras cuatro días sin
dormir y ocho sin quitarse la ropa. Por la noche se encuentran en villa Medicis105.
Al día siguiente continúan en la villa, donde había concentrados dos
batallones de zuavos. El coronel Allet, jefe del regimiento, para deleitarles
decidió que la banda de música de la unidad se trasladase allí para amenizarles
con sus notas. Rápidamente improvisaron cantos y bailes. Alegría que
los zuavos españoles vieron incrementada al recibir la visita de un mensajero
de la marquesa Villadarias, quien les traía de su parte abundante pan,
queso, jamón, vino, dulces y cigarros106.
El martes 20 de septiembre, como no podía ser de otra forma, es sumamente
ajetreado y peligroso para la unidad del subteniente Borbón, como para
el resto de soldados papalinos. Apenas iniciado el ataque, la sexta compañía se
encuentra de reserva en la Academia francesa. A las 5’30 horas recibe la orden
de trasladarse a villa Ludovisi. Después los encontramos en villa Bonaparte.
Y poco antes de abrir la brecha los italianos son enviados allí para rechazar al
enemigo en el momento del asalto. Cuando el muro está a punto de desmoronarse,
el subteniente Borbón recibe la orden del comandante Troussures de
retirarse con su sección a la entrada del huerto Ludovisi. A las 9’30 el comandante
les ordena avanzar por villa Bonaparte a villa Tortonia, situándose al pie
de la muralla. Desde allí inician un fuego vivo de fusilería hacia la izquierda
contra una batería enemiga y al frente de la brecha contra las tropas italianas
allí concentradas. Unos minutos antes de la 10, apunto de dar el asalto final
los italianos, el comandante Troussures imparte nuevas órdenes. Ahora la sexta
compañía debe dividirse en dos mitades para cruzar sus fuegos frente a la
puerta Pía. A la sección del subteniente Borbón le toca ocupar la parte derecha
de la puerta, arrostrando un nutrido fuego de artillería y fusilería del enemigo
104 La Regeneración, 11-10-1870, p. 2, cuarta carta.
Este relato contradice la información de Beauffort y Vigevano. Según estos, la compañía
fue enviada al puente Molle el día 14. En cambio, nuestro sacerdote en funciones
de periodista sostiene que acudió el día 15 para relevar a la compañía que se encontraba
allí desde hacía dos días. El hecho de que el sacerdote español fuese testigo presencial
de los hechos nos inclina a tomar su versión como la más probable.
105 La Regeneración, 12-10-1870, p. 1, quinta carta. Reproducida en El Pensamiento Español,
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 279-288. ISSN: 0482-5748
13-10-1870, pp. 1 y 2.
106 La Regeneración, 12-10-1870, pp. 1-2, sexta carta.