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1870. LA ANEXIÓN DE ROMA POR EL EJÉRCITO ITALIANO 259
Precisamente, la muralla que circunda Roma por la parte derecha presenta
una mejor defensa por su construcción abaluartada. Lo que requería más
medios, tiempo y bajas. En cambio, el recinto amurallado por la izquierda
del Tíber era y es un lienzo medieval que poca resistencia podía ofrecer a
la artillería.
Así pues, el 16 las tropas italianas estuvieron ocupadas en la construcción
de un puente en Grottarossa que les permitiese pasar a la otra
orilla, mientras los batallones de bersaglieri tomaron posiciones para proteger
los trabajos. El general Cadorna, habiendo recibido nuevas órdenes
de Florencia, envió otro parlamentario a Kanzler. Ahora se trataba
el general Cardicchio, jefe de la brigada Modena, perteneciente a la 12ª
división. En la carta, el general italiano le invitaba de nuevo a permitir la
entrada en Roma sin resistencia y le notificaba la rendición de la plaza de
Civitavecchia, acompañándole una copia de la capitulación. Cadorna, en
un ejercicio inenarrable de cinismo, apeló a sentimientos de humanidad
para evitar un derramamiento de sangre ante las fuerzas imponentes de los
italianos. La respuesta de Kanzler no pudo ser más digna, contestándole
que la rendición de Civitavecchia no cambiaba la situación. En cuanto a
los sentimientos de humanidad, le decía que ciertamente a nadie le estaban
más en el corazón que a los que tienen la felicidad de servir a la Santa
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 259-288. ISSN: 0482-5748
Sede, pero
«no somos nosotros los que hayamos provocado el sacrílego ataque del
cual somos víctimas. Es a Vd a quien corresponde mostrarse animado de esos
sentimientos humanitarios, desistiendo de la injusta agresión (…). Espero que
V.E, reflexionará sobre la inmensa responsabilidad en la que se encuentra
delante de Dios y del Tribunal de la Historia»65.
La mañana del 17 la 13ª y 12ª división, y parte de la Reserva, cruzaban
el puente construido sobre el Tíber, pasando a la orilla izquierda, mientras
la 11ª división protegía el paso. Acto seguido tomaron posiciones sobre
las vías Salara y Nomentana.
Esa mañana el embajador de Prusia ante la Santa Sede, barón
d’Arnim, se acercó al campamento italiano escoltado por dragones pontificios.
Supuestamente, su objetivo era pedirle a Cadorna retrasar el ataque
veinticuatro horas, con la intención de influir en el ánimo del Papa para
que desistiese de toda resistencia66. Beauffort, por el contrario, sostiene
que la intención del embajador era conseguir abrir las puertas de Roma a
65 VIGEVANO, A.: Op. Cit., pp. 389.
66 VIGEVANO, A.: Op. Cit., pp. 393-399. CADORNA, R.: Op. Cit. p. 171-172.
BEAUFFORT, R.: Op. Cit., pp. 238-244.