148 AGUSTÍN PACHECO FERNÁNDEZ
La decisión, controvertida, es hoy todavía motivo de enconada discusión
entre los historiadores. Kindelán defendía entonces la opción catalana
al afirmar que en Barcelona, donde en esos momentos residía el Gobierno
republicano, estaba «el cerebro y la voluntad del enemigo». Por tanto, el
cierre de la frontera con Francia y la captura de Cataluña podían significar
«el fin virtual de la guerra». Aquella región, además, constituía un objetivo
militar mucho más recomendable porque, según apuntaba el general Juan
Vigón12, otro de los más críticos con la decisión de su jefe, se destruirían
más unidades enemigas, se liberarían más tropas propias y se privaría al
oponente de una gran parte de sus recursos industriales. Pese a todo, el propio
Kindelán, en un intento de justificar la tan en apariencia ilógica decisión
del generalísimo, apuntaba entonces: «es posible también que tuviese, para
opinar en contra, motivos por nosotros ignorados»13.
Casi cuatro décadas después, el coronel Martínez Bande, en una de
sus monografías sobre la Guerra Civil, justificaba los motivos desconocidos
aludidos por Kindelán al afirmar, que la decisión de Franco de no atacar
Cataluña estuvo motivada por el temor a que los franceses intervinieran en
aquella región en apoyo de la República, tras la anexión de Austria por Hitler.
Martínez Bande defendía, o más bien conjeturaba, su argumento con un
párrafo en apariencia concluyente:
En definitiva, Cataluña al comenzar el mes de abril de 1938 era, tanto
como un objetivo estratégico para el general Franco, un avispero, un peligro
de que la guerra de España se internacionalizara. Y ello tenía que ser evitado
a toda costa, aun a riesgo de prolongar la lucha civil14.
Posteriormente, varios historiadores han defendido esa teoría. En cambio,
otros sostienen que los motivos hay que buscarlos en la naturaleza personal
del propio Franco, que pretendía alargar deliberadamente la guerra para
obtener una victoria total en lugar de una rápida y corta. Algo que, inevitablemente,
habría conllevado negociaciones y concesiones a unos supuestos vencidos
que aún mantenían un imponente ejército en el centro y sur peninsular.
En palabras posteriores de Dionisio Ridruejo, en aquellos momentos jefe de
propaganda de los nacionales: «Franco optó por la solución más cruel pero,
12 Juan Vigón Suero-Díaz (1880-1955), brillante ingeniero militar que fue elegido por Alfonso
XIII para educar a sus hijos, se convertiría durante la Guerra Civil en el que es
considerado como uno de los mejores jefes de Estado Mayor de toda la contienda. De
su mente salieron las cuidadas y precisas órdenes de operaciones que permitieron a los
sublevados ocupar toda la cornisa cantábrica, recuperar Teruel, llegar al Mediterráneo,
vencer en la batalla del Ebro y ocupar Cataluña.
13 KINDELÁN DUANY, Alfredo: Op. Cit., p. 162.
14 MARTÍNEZ BANDE, José Manuel: La ofensiva sobre Valencia. Editorial San Martín,
Madrid, 1977, p. 24.
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 148-196. ISSN: 0482-5748