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120 JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ LANZAROTE
le permitía realizar una incursión hacia Badajoz o Mérida, como principales
ciudades de la zona. Si bien Badajoz estaba emergiendo como centro político,
ya se ha mencionado que, a ojos de los cristianos norteños, su prestigio
no podía igualar al de la antigua sede romana, por muy venida abajo que esta
se encontrara. Además, el rey debía saber que Badajoz se había fortificado
tras la campaña de Évora y un ataque contra esta ciudad resultaría mucho
más difícil que a la decaída Mérida.
Vista de las murallas de la alcazaba emeritense
desde la margen derecha del Guadiana. Imagen del autor
De todas formas. a raíz de los posteriores acontecimientos, no es probable
que el, aunque no oficialmente coronado, ya rey leonés se marcara,
al menos como objetivo único, la toma de Mérida. Las fortificaciones de la
ciudad se encontraban en muy mal estado, si es que existían, ya que habían
sido arrasadas por dos veces el siglo anterior, pero desde luego la ciudad
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 120-142. ISSN: 0482-5748