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LAS INCURSIONES GALAICO LEONESAS A COMIENZOS DEL SIGLO X... 107
que la base demográfica para obtener guerreros se redujese aún más14. A
pesar de su carácter de fonsado, en ella participarían sólo miembros de las
grandes familias y, en su caso, prelados, con sus allegados, más criados, muleros
y otro personal, todos ellos combatientes llegada la ocasión. Además,
esto es lógico, pues para llevar a cabo una acción de este tipo era fundamental
que toda o casi toda la tropa fuese montada, bien en sus propios caballos
de batalla, bien en otra clase de cabalgaduras. Interesaba desplazarse a la
máxima velocidad posible, es decir, unos 25 ó 30 km diarios, sin pausa, hasta
alcanzar la zona prevista. Si la incursión era pequeña, trataría de utilizar
itinerarios escondidos, que asegurasen la sorpresa del objetivo. En este caso,
dado que se trataba de un fonsado, convocado por el rey, el tamaño de la
hueste sería más considerable. Es difícil siquiera realizar una aproximación
al número de guerreros que acompañaban a Ordoño durante esta campaña.
Dado el carácter real de la incursión y que el rey era soberano de unos territorios
con escasa capacidad demográfica, es probable que participara en
ella casi toda la nobleza del reino, salvo aquellos que se excusaran con las
más diversas razones, subyaciendo en el fondo en la mayoría de los casos
la poca afinidad con el rey, falta de necesidad de obtener botín o la propia
encomienda del soberano para que atendiesen los asuntos locales y guardasen
el reino en su ausencia. Para hacernos una idea, sin querer ser exactos
ni mucho menos, ya que esto es imposible, podemos evaluar el número de
componentes de la incursión en menos de un par de miles, de los cuales al
menos la mitad serían jinetes, siendo el resto sirvientes de los mismos, que,
en un caso dado, combatirían a pie15.
Una incursión de este tipo no era algo que se pudiera decidir de la noche
a la mañana. En unas sociedades cuya capacidad económica era escasa
y en las que la capacidad de producción alimenticia estaba sólo un poco por
encima del nivel de subsistencia, se necesitaba realizar una programación
con mucha anterioridad para que los convocados pudiesen hacer acopio de
14 No es posible conocer ni por aproximación las posibilidades de movilización de gentes
para la guerra de que podía disponer el rey Ordoño. El mayor número de próceres del
reino de que disponemos en una relación son 31 firmantes, aparte del rey y la reina, en
un convenio entre los obispos de Lugo y Santiago sobre unos terrenos. LÓPEZ FERREIRO,
Antonio. Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compostela. Santiago,
1898–1911. Tomo II, pp. 101–102. Doc. XLV.
Este número no sería ni mucho menos la totalidad de nobles capaces de formar una hueste
propia, además de la muy diferente cantidad de guerreros que podía aportar cada uno,
pero da indicios de que un número de 1.000 guerreros, más criados, no es exagerado.
15 ISLA FREZ, Amancio: op. Cit., p. 159. Respecto al enfrentamiento entre el conde Flaino,
con refuerzos reales, y los Banu Gómez y Ansúrez, opositores al poder real, el año
932, todos leoneses, el autor cifra como número máximo de combatientes unos dos mil
entre ambos bandos.
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 107-142. ISSN: 0482-5748