68 PILAR CABEZÓN PÉREZ
60. Fabricación de armas en la Escuela de Artes Indígenas de Tetuán, Marruecos.
Anónimo, gelatina sobre papel baritado, ca. 1925, AGMM F.13621
Sobre las industrias químicas la más destacada de la zona va a ser
el curtido de pieles, especialmente en Tetuán. Ubicada su sede cerca de la
puerta de Ceuta. Esta fábrica de curtidos o tenería contaba con más de cien
operarios. En su interior crecen de forma espontánea gramíneas, cañizos,
parietarias y otras plantas que todo lo invaden18. Este interior esta compartimentado
por numerosos cuadrados o rectángulos dedicados, unos a contener
lechadas de cal y otras soluciones y otros ladrillos donde se maceran
las pieles, generalmente de cabras procedentes del matadero de Tetuán. Los
indígenas las pisan al tiempo que danzan escurriendo el agua de las piezas y
pasando luego a un tratamiento de las mismas con excrementos de palomas
y tras otros tratamientos, terminan con el bruñido realizado con un rústico
cepillo, hecho con trozos de estera sujeto con cuerdas a un mango de madera,
rematando el trabajo con el brillo de su cepillado.
Sobre la sanidad, en principio, revistió extremada gravedad. Los rifeños
poseían enfermedades endémicas como el paludismo, viruela, sífilis,
sarna, peste bubónica, enfermedades mentales...de las que pensaban que las
tenían debido a los malos espíritus utilizando contra ellos amuletos y fórmulas
de curación. No había médicos sino curanderos cuyos conocimientos
meramente empíricos no dejaban de ser rudimentarios, empleando la
hidroterapia, termoterapia, sangrías, ventosas, sanguijuelas... ejerciendo su
18 MAS Y GUINDAL, Joaquín: «El curtido de pieles en Tetuán», en Revista África, marzo
de 1930, p. 55.
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 68-84. ISSN: 0482-5748