Con esta fórmula se solucionan varios problemas
para luchar contra este agresivo coronavirus:
elimina los riesgos de contagio en los
puertos de llegada del personal del barco y
evita los traslados, repatriaciones, viajes y regresos
del personal de a bordo a sus respectivos
hogares, impidiendo el contagio que estos
movimientos podrían producir.
El resultado es una reducción del tráfico
marítimo, un aumento de barcos fondeados o
amarrados en puerto y una disminución de la
actividad portuaria. Y es precisamente este el
motivo por el que dedico esta crónica a los
barcos, a los puertos y a los barcos en puerto.
Y la ilustro con sellos de barcos, de puertos y
barcos en puerto, aunque quiero aclarar que
estos no tienen nada que ver con la pandemia,
ya que sus emisiones son de fechas
anteriores.
Poniendo las fechas claras
Tenga presente, estimado lector, que
estoy escribiendo esta crónica en plena Semana
Santa de 2020, en la que está en vigor el
Barco mercante en un puerto belga.
estado de alarma por la rápida expansión del
coronavirus, que ha obligado a paralizar todas
las actividades que no sean estrictamente
esenciales, y que desde el 14 de marzo nos ha
obligado a la mayor parte de la población a
permanecer encerrados en nuestras casas. Y
aquí sigo, cuando el Gobierno ha anunciado
que el confinamiento se ha prorrogado hasta
el 26 de abril. ¿Y después qué? Me temo lo
peor, que la cosa se va a prolongar todavía
más y, si es así, habrá que tener paciencia, ya
que lo primordial es ponerle freno al coronavirus,
dejar atrás la pandemia y caminar poco
a poco hacia una vida normal. Aunque me
temo que las cosas ya no van a ser como
antes, de eso no me queda duda.
Por otra parte, quiero aclarar que, aunque
este artículo lo escribo en abril, va destinado
a la REVISTA GENERAL DE MARINA del mes de
julio, y seguramente llegue a su casa, estimado
lector, en el mes de agosto. ¿Cómo estaremos
para entonces? Supongo que la pandemia
se habrá marchado, no sé si con riesgo de
que regrese en otoño o no.
Puede que cuando usted lea esto, lo que
cuento le parezca el recuerdo de una pesadilla
de una noche de verano. Pero quizás sea
bueno mantener en la memoria la pandemia y
la alarma que ha desatado, aunque solo sea
para no olvidar algo que todos hemos aprendido,
algo de lo que hemos tomado plena
conciencia: no somos tan fuertes como nos
creíamos ni vivimos en una sociedad tan
segura como pensábamos. Ha habido muchos
infectados, muchos se han curado y también
muchos, pero muchos, han muerto.
La alarma
La verdad es que ahora mismo, a poco
que pensemos en esta situación que estamos
LA MAR EN LA FILATELIA
Sello emitido por Bosnia y Herzegovina en 2020
dedicado a la pandemia del COVID-19.
160 Julio