viviendo, nos parece increíble. Pero es una
triste y terrible realidad en la que no nos
queda más remedio que creer y la tenemos
que asumir, ya que las pruebas las tenemos
delante de nosotros, están en lo que en la
mayor parte de las veces nos cuentan los
medios de comunicación, en lo que en algunas
ocasiones nos informan nuestros dirigentes,
en lo que nos hacen llegar nuestros familiares,
vecinos y amigos por las redes
sociales, y en lo que vemos desde nuestras
terrazas, balcones y ventanas. Es una situación
que nos está afectando de una forma
terrible a todos nosotros, a nuestras vidas, a
nuestra forma de ser, a nuestra economía,
a nuestras relaciones familiares, laborales y
sociales; a todo. Las consecuencias del coronavirus
se hacen sentir en absolutamente
todos los estamentos de la sociedad, en todos
los ambientes, en todas las áreas de trabajo y
en todos los campos de actividad, entre ellos
la mar, los barcos y los puertos.
Los barcos
Cruceros en Barbados.
Los barcos son unos sufridores más de la
nueva situación. Han sido los de crucero los
primeros en acaparar la atención del público
y de los medios de comunicación. Hemos
visto cómo a causa del coronavirus a unos no
se les dejaba atracar en puerto y otros se
vieron sometidos a aislamientos y terribles
cuarentenas con efectos contrarios a los deseados.
Y ahora, el comercio y mercado de
cruceros está paralizado, está vetada su entrada
en muchos puertos, con grandes problemas
LA MAR EN LA FILATELIA
para las compañías, las agencias de viajes y
puertos de destino, que suelen tener en las
visitas de esos cruceros unas importantes
fuentes de ingresos, de las que hoy por hoy se
tienen que olvidar.
Por el coronavirus, la actividad de las
flotas pesqueras se ha reducido de forma
drástica, con un montón de barcos amarrados
en puerto, otros con una actividad muy reducida,
lonjas cerradas y tripulaciones en casa,
que ha provocado un importante desabastecimiento
de pescado, aunque las pescaderías
permanecen abiertas pero con poca clientela.
También han parado las tareas de marisqueo.
Pesquero en Catar.
La flota mercante también sufre el zarpazo
del coronavirus, debido al aislamiento de la
gente, el cierre de los mercados, el cese de la
producción de bienes, la paralización de puertos,
las cuarentenas a que se ven sometidos
los barcos, etc. Las primeras muestras de las
consecuencias de esta paralización se vieron
en cuanto apareció la pandemia en China. Al
poco tiempo, el desabastecimiento empezó a
afectar a muchas empresas por falta de piezas
y repuestos que no habían llegado y que no
iban a llegar, y se veían obligadas a suspender
la producción. Claro que en este momento
esto ha dejado de ser tan importante, ya
que estas compañías también han parado, y
de momento ya no los necesitan. Aunque
parece que, dentro de poco, muchas van a
retomar la producción a ritmo lento.
2020 161