Mónico Sánchez con Jefes del Servicio de Radiología Militar Francés en Burdeos. 1914
(Fuente Museo andaluz de la educación)
neraban radiaciones de alta frecuencia. Pero la
aportación fundamental de Mónico fue reducir
el tamaño de la bobina utilizando una frecuen-cia
de 7 MHz en lugar de 50 Hz, lo que reducía la
cantidad de hierro necesaria y además se podía
enchufar directamente a la red doméstica y era
fácilmente manejable.
El éxito de su aparato motivó su contratación
por el ingeniero Frederick Collins deslumbrante
innovador de la telefonía sin hilos en EEUU con un
futuro muy prometedor, que le contrató como
ingeniero jefe de su empresa Collins Wireless Te-lephone
Co, quien además le apoyó en la co-mercialización
de su invento de rayos X. El éxito
de la empresa fue arrollador en los mercados,
poniéndose Collins a la altura de otros inventores
de éxito como Marconi, Edison o Tesla. En 1909 en
la Feria de la Electricidad en el Madison Square
Garden de Nueva York, se podía ver el stand de
la Collins donde Sánchez explicaba su invento,
estando colocado entre los de la General Elec-tric
de Edison y la Westinghouse de Tesla. Móni-co
estaba en la cima de su sueño americano. La
caída de la empresa Collins en bolsa por un fallo
de producción en la membrana del micrófono,
signifi có la entrada en la cárcel de su presidente
y muchos de sus directivos por fraude. Ello motivó
el abandono de la empresa y el replanteamiento
de Mónico de la posibilidad de volver a España y
de invertir sus conocimientos y dinero en su propio
país, para formar a profesionales españoles tan
faltos de inversiones e incentivos tecnológicos.
El Regreso a España. El proyecto de su
vida, el Laboratorio Eléctrico Sánchez
Después de viajar por toda Europa promocio-nando
su invento con grandes éxitos en Paris,
Barcelona o Madrid, decidió crear su propia em-presa
la European Electric Sánchez Company y
fi nalmente a pesar de tener un nombre y prestigio
en Estados Unidos decidió en 1911 volver defi niti-vamente
a España. Su idea era trasladar sus co-nocimientos
y experiencia en una tecnología tan
puntera como la electricidad a los médicos e in-genieros
españoles, tratando de mejorar su país.
En 1912 se planteó una idea muy meditada
aunque descabellada, construir una fábrica de
tecnología puntera, no en Madrid o Barcelona
sino en su pueblo natal, Piedrabuena (Ciudad
Real). Una población de tres mil habitantes emi-nentemente
agrícola y ganadera con grandes
latifundios en medio de la Mancha, sin grandes
comunicaciones ni infraestructuras. Con un equi-po
de colaboradores excepcionales en 1913 se
inició la construcción del “Laboratorio Eléctrico
Sánchez” en un terreno de 3.500 metros cuadra-dos.
El proyecto inicial era muy ambicioso ya que
tenía previsto construir el laboratorio con varias
naves para talleres mecánicos, de carpintería y
líneas de montaje, con la idea de fabricar todos
los accesorios de sus aparatos in situ. También
tenía previsto construir salas de exposiciones de
aparatos, gabinetes de estudios, bibliotecas etc.
Su sueño era convertir a su pueblo en un centro
108 Armas y Cuerpos Nº 143 ISSN 2445-0359