y los profesores añadían: ¡aquí no hay peros ni es-ques…!”.
En el campamento de Mª Cristina se
encontraron con las tiendas modulares, las literas
y las taquillas de campaña de lona, en donde
debían de guardar todos los uniformes y como en
septiembre se usaba uniformidad de verano, el
fi n de semana que pudieron bajar a Zaragoza, se
tuvieron que vestir en el campo con el uniforme
blanco y cualquier roce suponía una mancha.
La Capitán Moreno recuerda las artimañas que
utilizaban para sobrevivir, en su tienda había una
plancha y para limpiar las rozaduras del uniforme
blanco utilizaban tizas de clase o gomas de bo-rrar,
en fi n, “una verdadera tintorería”. El Coronel
Luciano Ibáñez recuerda que a todas las mujeres
se las alojó en una tienda modular y cuando ha-bía
que pasar revista, antes de entrar se le pre-guntaba
a la cuartelera si estaban visibles, revista
que se hacía siempre acompañado con la dama
de servicio.
La Capitán Moreno refi ere que ellas limpiaban
las recámaras de todos los fusiles de la compañía,
porque sus dedos fi nos entraban mejor, gracias a
lo que nunca hubo un arresto por armamento su-cio.
La relación con el resto de compañeros de
la compañía fue muy buena, solo en el comedor
hubo algún roce porque estaban mezclados los
alumnos de la 04 con los de 1º y 2º. La Capitán
Moreno piensa que las compañías de “Aspirinos”
eran aire fresco en instituciones tan cerradas
como la Academia.
Conclusiones
La llegada de la mujer a las FAS supuso una
modernización y la equiparación a otros ejércitos
del entorno, pero para los militares que las reci-bieron
fue un cambio de mentalidad importante,
algunos pensaron que les llegaba tarde, pero la
mayoría se adecuaron con bastante normalidad.
Los principales problemas fueron logísticos, como
la falta de alojamiento adecuado o uniformidad,
y la mentalización de los militares. En la AGM el
hecho de haber camaretas facilitó el problema
del alojamiento y en lo relativo a la uniformidad
se solucionó entregándoles prendas masculinas
y confeccionado uniformes específi cos, mientras
que el calzado se resolvió contratando los núme-ros
adecuados, de forma que en un tiempo ra-zonable,
todo quedó solucionado. Las reuniones
de profesionales para hacer frente al reto saca-ron
a la luz problemas inexistentes, como el de
las compresas y alguien les tuvo que explicar que
“no todos los días necesitaban compresas las mu-jeres”.
Como refi eren los profesores entrevistados,
los problemas se resolvieron con sentido común
y con buena fe por parte de todos, porque las
mujeres pusieron mucho de su parte y estaban
dispuestas a adecuarse a las circunstancias con
más normalidad que los hombres. Fue una expe-riencia
formidable.
Entrevistas realizadas
General Mariano Bayo de la Fuente, 23-V-2018
Coronel Andrés de Jorge Asensi, 4-VII-2018
Coronel Félix Allo Flores, 15-V-2018
Coronel Elicio Herrera Sánchez, 23-V-2018
Coronel Luciano Ibáñez, 18-VI-218
Coronel Médico Ana Betegón Sanz, 14-VI-2018
Teniente coronel Médico Pilar Hernández Frutos, 25-VI-2018.
Teniente coronel Médico Javier Vicente González, 21-VI-2018
Teniente coronel Farmacéutico Jesús Martín Fernández, 8-VI-2018
Teniente coronel Jurídico José Luis Herrero, 25-V-2018
Comandante enfermero Alfonso Almunia Cuesta, 15 y 21-VI-2018
Comandante Lourdes Eito Araguás, 9-I-2019
Capitán enfermera Alicia Moreno Moreno el 30-V-2018
Notas
1
2
Miguel Ángel Escamilla Tijero. “Impresiones de un campamento”. Armas y Cuerpos, 50, pp. 30-31
“Entrevista a la DC. Blázquez”. Armas y Cuerpos, 58, pp. 58-60.
Abril - 2020 Armas y Cuerpos Nº 143 47