Monumento de Alfonso XIII en la Academia General Militar
propia del Valle del Ebro para las grandes fi ncas
rústicas de secano dedicadas principalmen-te
al pasto. En consecuencia, el proyecto hubo
de realizarse por fases comenzando por adquirir
la fi nca más próxima a la ciudad y a la carrete-ra
de Francia, conocida por distintos nombres:
“Acampo de Gil”, “Atalaya de San Gregorio” o
“Acampo de Gallán”10. Según explicó el general,
“ese campo fue adquirido por el ramo de Gue-rra,
previo expediente de expropiación forzosa,
el año 1911, y mide una extensión superfi cial de
21,5 kilómetros cuadrados, contando con nuevas
adquisiciones que están en curso (...) el coste de
la fi nca fue de 120.000 pesetas”11, y se denominó
“Campo de Tiro y Maniobras Alfonso XIII”.
En los años de 1912 y 1913 se realizaron obras
de acondicionamiento de caminos, plantación
de árboles, galería de tiro, trincheras y las insta-laciones
para albergar a las tropas que allí se
desplazaran, dando origen al cuartel “General
Luque”, así llamado por ser éste el Ministro de la
Guerra que aprobó el gasto para su construc-ción12.
También era conocido este cuartel como
el de “Los Leones” por las dos fi guras que ador-naban
la entrada. Quedó así confi gurado el pri-mitivo
campo de maniobras que estaría situado
hacia el vértice sudeste del actual CENAD, inclu-yendo
el Campamento de María Cristina ade-más
de otros terrenos que hoy quedan fuera del
Campo, como el solar del citado cuartel ya des-parecido
y parte de las instalaciones de la AGM.
Concluidas las obras del cuartel, el Capitán Ge-neral
decidió erigir allí un monumento dedicado
al rey Alfonso XIII, el primero en España, obra del
escultor Juan Gussoni según diseño del veterina-rio
militar Emilio Satué, siendo colocada la prime-ra
piedra el 23 de enero de 191613. En este acto el
general Huerta anunció que estaban en marcha
otras adquisiciones para ampliar el campo. Se re-fería
a la cesión de la fi nca de “Los Llanos de San
Gregorio”, propiedad del Ayuntamiento zarago-zano,
y a la adquisición del “Acampo del Santísi-mo”
y una parte del “Abejar”, pero engorrosos li-tigios,
trabas administrativas y servidumbres de las
fi ncas impidieron al general ver culminadas esas
ampliaciones antes de dejar Zaragoza ya que un
primer lote de la fi nca municipal hubo de espe-rar
hasta 1921, y las otras dos se retrasaron hasta
192814. Proclamada la República en 1931, el cam-po
cambió su primitiva denominación por la de
“Campo de Tiro y Maniobras de San Gregorio”.
Otro proyecto del general Huerta fue la crea-ción
de la Escuela de Aviación Militar, solicitando
en 1915 la colaboración del Ayuntamiento zara-gozano
para adquirir terrenos en Valdespartera.
En vista de la demora de las gestiones municipa-les
se reiteró la petición en 191715, pero la Escue-la
no se instaló, y por muy breve tiempo, hasta
principios de la década siguiente, por lo que el
general no llegó a conocerla.
En la Casa Real
El rey Alfonso XIII, en consideración a las mues-tras
de adhesión personal del teniente general
Huerta, le designó en julio de 1917 Jefe de su
Casa Militar y comandante general del Cuerpo
de Guardias Alabarderos, cometido de la máxi-ma
confi anza y proximidad al monarca. Esca-samente
se pueden encontrar referencias del
desempeño de este puesto, necesariamente dis-creto,
que no sean otras que las de su presencia y
acompañamiento al rey en actos ofi ciales, visitas
a distintos puntos de España o el reconocimiento
de sus servicios con la Gran Cruz Blanca del Méri-to
Militar y la de la Orden de Carlos III. Al llegar a
la edad reglamentaria, el 26 de mayo de 1920 el
general Huerta pasa a la primera reserva cesando
en la Casa Real. Fijó su residencia en Barcelona,
donde residía una de sus hijas, pero poco pudo
disfrutar de su bien merecido descanso al fallecer
repentinamente el 22 de diciembre de 1921. Tras-ladados
sus restos a Zaragoza, reposan junto a los
de su esposa en el sector antiguo del Cementerio
de Torrero, no muy lejos de las dos parcelas que,
siendo capitán general de la 5ª Región, consiguió
del Ayuntamiento para enterramiento de los sol-dados
fallecidos durante su servicio, allí donde
anualmente se recuerda a los caídos en fechas
próximas al día de difuntos.
Otro proyecto del general Huerta fue la crea-ción
de la Escuela de Aviación Militar, solicitando
en 1915 la colaboración del Ayuntamiento zara-gozano
para adquirir terrenos en Valdespartera.
Abril - 2020 Armas y Cuerpos Nº 143 39