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Repostaje de petróleo
La Enfermería.
No hubo, afortunadamente para la dotación
( que no tripulación como yo creía que se decía ),
ningún problema de salud que no supiera yo re-solver
( evidentemente la patología atendida fue
menor, no voy a presumir a estas alturas ), pero
también es verdad que rezaba2 para que no pa-sara
nada grave que yo no supiese o pudiese re-solver,
pero la imagen de tener que presentarme
ante el Segundo con un gran problema, e ir jun-tos
al Comandante ( yo en mis sueños/pesadillas
así lo veía ) afortunadamente no se hizo realidad,
pero esa visión, me produjo insomnio más de una
noche, e intranquilidad toda la navegación.
Mi horario de servicio, al ser el único ofi cial
sanitario eran las 24 horas deseando no tener tra-bajo,
léase que nadie tuviese un accidente gra-ve,
ni le surgiera una enfermedad grave, que no
pudiese yo resolver. Me pasaba toda la noche en
el camarote, solo en dos ocasiones me desper-taron
para una asistencia, y de día después de
asistir a primeras horas al Breefi ng en el CIC3, el
tiempo lo pasaba mayoritariamente entre la en-fermería,
y en la cámara de ofi ciales, sin ver la
luz natural, así que cuando podía, me acercaba
a la cubierta de vuelo y paseaba para realizar
ejercicio, ver el cielo y la mar. También realizaba
alguna visita al puente, - ya me habían indicado
un sitio donde no estorbaba - pues desde allí tam-bién
se ve el cielo y la mar. Tal vez estos paseos,
me vacunaron contra una enfermedad, deno-minada
“mamparitis” (estado de ánimo que se
siente cuando los mamparos4 parece que se te
vienen encima al estar mucho tiempo encerrado
entre ellos). Pero también me ayudaron los con-tinuos
simulacros y actividades donde intervenía
dando apoyo sanitario. Un simulacro que me im-pactó,
fue el disparo del cañón OTO Melara Mk.
45 de 127 mm. situado en el castillo de proa, y lo
fue, porque disparamos contra una fragata espa-ñola,
para a continuación ser nosotros blanco de
su disparo, evidentemente el blanco imaginario
estaba a unos metros de nuestra proa, pero ver
desde el puente como un proyectil viene hacía
tu fragata y cae justo en el mar a pocos - para
mí - metros de la proa, repito me impactó.
Y una actividad que me impresionó, fue la
peligrosa maniobra de aprovisionamiento de
combustible por parte del BAC Patiño a nuestra
fragata en plena navegación, la precisión y coor-dinación
de los dos buques en rumbo y veloci-dad
precisos para que la manguera por la que se
trasvasa el combustible se mantenga en su sitio,
sin derramar una gota es digno de elogio para
todos los profesionales que intervienen en dicha
maniobra.
82 Armas y Cuerpos Nº 143 ISSN 2445-0359